09 julio 2007

Cuando fui mortal

JAVIER MARÍAS. Cuando fui mortal. Prólogo de Elide Pittarello. DeBolsillo, Ed. Random House Mondadori, 2006. 161 pags.

De Javier Marías había leído varias novelas (Todas las almas, Corazón tan blanco, Mañana en la batalla piensa en mi, Tu rostro mañana: Fiebre y lanza) y muchos de sus artículos, que antes publicaba en El Semanal y ahora en el EPS, pero nada de sus relatos.

Los doce que están recopilados en este volumen, que salió en 1996, fueron escritos entre 1991 y 1995, la mayoría por encargo de revistas y periódicos, son cuentos turbadores, humorísticos o despiadados, donde están muy presentes el estilo y el mundo de Marías.
El propio autor dice: "Sólo concibo escribir algo si me divierto, y sólo puedo divertirme si me intereso. No hace falta añadir que ninguno de estos relatos habría sido escrito sin que yo me interesara por ellos".

Como dice E. Pitarello en su acertado prólogo "Son cuentos que tienden a la gran tradición del género fantástico, estrechando el nudo del amor alusivo y la muerte como móvil de un arte de contar crudo y, a la vez, refractario a la explicación e indiferente a la ética".

Si comparamos estos relatos con las novelas en ellos el estilo de Marías es más conciso, con menos digresión, y el ritmo y la trama muy ajustados.
Para mi ha sido un libro de lectura fácil y agradable y lo recomiendo para los que quieran iniciarse en este autor y también para los que ya lo conozcan, porque para todos será una ocasión de adentrarse en el particular mundo literario de uno de los mejores autores actuales en lengua española.








06 julio 2007

Las rutas en Google Map

Gracias al empeño y a los conocimientos de Antonio ya se puede visualizar el recorrido de las rutas en Google. Comenzamos con las más recientes, las tres rutas que hicimos en el sudoeste portugués.





En esta ocasión, la ruta coloreada en azul corresponde a la denominada Barlovento Algarvio, la roja a la de Odemira (Sudoeste Alentejano) y la verde a la Serra de Monchique (Marmelete).
Son un complemento fundamental a las crónicas y espero que sirvan, no sólo, para ubicar concretamente la zona recorrida, si no también para crear la base para que otros las recorran y disfruten.

02 julio 2007

Serra de Monchique (Marmelete)

Para el martes habíamos dejado la que creíamos sería la etapa reina, la más montañosa.
Llegamos con el coche hasta Marmelete, aldea de la Sierra de Monchique situada a medio a camino entre Aljezur y Monchique.

El viento noroeste sopla fuerte, la sensación es de frío y solo he traído el maillot corto. Después de tomar cafés y torradas, busco la tienda que recuerdo de la vez anterior que estuve aquí. Cuando estamos frente al escaparate aparece una señora mayor que nos pregunta si queremos algo, le digo que si tiene camisetas de manga larga. El establecimiento es un pequeño bazar y la señora empieza a buscar entre las cajas de camisetas una de manga larga hasta que encuentra una de talla 6, grande para mi, pero como es lo mejor que hay me la llevo por 3,5 euros.

Salimos de la aldea por el W, hacia Aljezur, y pronto seguimos la CM 1007 hacia Passil. Los primeros km son fantásticos, la carretera, bordeada de vegetación, tiene un asfalto fino, con curvas reviradas y en continuo descenso. Después de Passil hay un tramo de subida, al final de cual nos cruzamos con dos camiones, algo extraño en estas carreteras comarcales tan solitarias, donde sólo hay que tener cuidado para no atropellar a las lagartijas que campean por el alquitrán.
Visitamos Besteiro, donde una inscripción en una casa reconstruida recuerda los incendios del verano del 2003 que afectaron a más del 80% del territorio del concelho (municipio) de Monchique.
Al llegar al cruce de Giraldo y Selão nos metemos en un camino pero al poco nos parece que estamos equivocados. Volvemos atrás y preguntamos a un tipo que nos explica, en portuñol con acento alemán, que para llegar a Selão es mejor seguir por la carretera ya que el camino que hay es más duro. Como no tenemos ganas de sufrir le hacemos caso y de nuevo disfrutamos de unos km por terreno favorable y siempre verde.



Llegamos al cruce con la EM 501 (el de la foto de arriba) y nos dirigimos hacia Monchique. Ahora el recorrido transcurre cercano a la Ribeira de Seixe, a veces el agua cae en pequeñas cascadas sobre la cunetas, pasamos por Foz de Farelo y por Panasqueira y después de cruzar un puente, la carretera comienza a empinarse. Son varios km de una subida larga y tendida hasta alcanzar Portela da Viuva. Allí hacemos un alto y decidimos seguir en dirección a Marmelete. Este tramo discurre por la cara norte de la Sierra y al mantenerse en una misma cota se hace llevadero.

Dejamos atrás algunos montes, Pe do Frio, Palheiros y Chilrão y también el camino que se desvía para Fóia, que con sus 902 m es la cima más alta de Portugal al Sur del río Tajo y un impresionante mirador del Algarve y el Alentejo, porque desconfiábamos de nuestras fuerzas, para conectar con la ER 267, por donde nos dirigimos hacia Marmelete, disfrutando de las bellas panorámicas que se abren hacía el Sur desde las laderas de la Sierra y la costa algarvía, donde destacan las urbes de Portimão y Lagos, al embalse de Bravura y la Serra do Espinhaço do Cão.
Cuando llegamos a Marmelete buscamos los baños públicos, donde nos damos una ducha con ¡agua caliente! Después nos sentamos en la terraza del bar de enfrente, Restaurante Luz, para reponer energías. Tiempo: 2:47 / 47,08 km /16.9 km/h
El resumen de estos días es extraordinario, las rutas por el oeste portugués, con el océano batiendo los acantilados, los arroyos serpenteantes, el viento cargado de olores marinos, el canto de los pájaros en los solitarios caminos, los amplios panoramas de la sierra, las lagartijas paradas sobre el asfalto, las cervezas, las bicas, el rissoto, el pedalear de nuevo junto a Antonio después de un largo paréntesis, su amistad y su talante, han sido parte de unas vacaciones perfectas, de esas que apetece repetir.

Más fotos en el álbum Costa Vicentina y Monchique en
http://juanmanuel-munozluque.magix.net/

01 julio 2007

Odemira (Sudoeste Alentejano)

El domingo vamos con la furgoneta hasta Odemira. Finalmente no contactamos con el club de btt y decidimos realizar la ruta con nuestro propios medios (mapas, gps e intuición). Aparcamos en el cais, junto a la orilla del río Mira, frente al club de canoagem. Nada más comenzar hay que superar un larga subida hasta salir del pueblo por su lado E. A los pocos km pasamos por Bemposta y al llegar a Telheiro seguimos la carretera hacia Sta. Clara y la estaçao ferroviaria. Es una zona sin tráfico por la que se va ascendiendo suavemente, con curvas abiertas, arboladas y en sombras en su mayoría. Como ayer, voy marcando el ritmo, ojeando a mi espalda de vez en cuando para observar como va Antonio. Queríamos llegar a Mesas para luego seguir un camino hacia el S. Pasamos por un caserío señalado como Taliscas, a partir de donde comenzamos a descender. Extrañados de no haber pasado por Mesas paramos a consultar el mapa. Parece que nos hemos pasado de largo. Preguntamos a un hombre que estaba en el porche de una casa al borde de la carretera, nos dice que estamos en Monte Novo y que tenemos que volver a Taliscas para seguir el camino para el río Mira. La subida no fue lo difícil que creíamos en un principio. Una vez en Taliscas, un monte de no más de cuatro casas, un mujer nos confirmó que aquella pista iba para el río. Hacemos un alto para comer a la sombra de las paredes de la abandonada Escola Primaria y cuando el sol ya aprieta reiniciamos el camino.
Al poco de acabar una bajada noto un ruido extraño en la bici, paramos y vemos que una zapata del freno delantero está floja y se ha movido, apretamos y en marcha. Rodamos después por una meseta desde donde vemos a lo lejos la Sierra de Mochique. Pasamos un cruce y comenzamos a bajar hasta que nos cruzamos con una línea eléctrica de alta tensión. Miramos los mapas y decidimos volver al cruce anterior. Una vez allí pasa un motorista, le digo que si estamos en el camino para ir a Torrinha y al río Mira y nos confirma que sí y nos indica como seguir. Subir una cuesta y parar porque Antonio me llama, ha pinchado. Cambiamos la cámara al borde del camino, mientras el noroeste nos refresca aunque el sol esté arriba. Después de los parones me dejo llevar durante varios km. por el camino que es favorable y transcurre por zonas manchadas de eucaliptos, pinos y alcornoques, creyendo que llevamos la dirección adecuada. Al final de una bajada vemos un caserío y coches circulando velozmente. Hacía allá vamos, pasamos un arroyo y llegamos a la carretera ¿cual?
Para nuestra sorpresa es la misma por la que habíamos cogido al salir de Odemira. Hemos triunfado, el pueblo está a sólo 3 km., antes de dirigirnos a él nos comemos unas barritas frente a las casas de Telheiro y reanudamos la marcha.
En la entrada, frente al parque de bomberos, hay una bonita fuente y allí nos refrescamos y nos aseamos antes de llegar al coche. Nos ponemos ropa limpia, guardamos la bicis en la furgoneta y nos vamos a comer al restaurante "O Tarro", donde tenemos tiempo de comentar los lugares tan estupendos que hay por aquí para hacer rutas de mtb.
Tiempo: 2:19 / 39.18 km / 16.8 km/h.