28 mayo 2019

Ribeiras del Guadiana y VDP

Con la idea de realizar una ruta que tuviera un desnivel positivo notable me traslado a Odeleite acompañado del amigo José Andrés, que aceptó mi invitación y puso su Audi Quattro para el viaje.  Es uno de los seguidores de este blog con quién más rutas he compartido.
Comenzamos el recorrido por el camino de tierra que va desde Odeleite a Tenencia, en la última rampa para llegar a la aldea marcaré las pulsaciones más altas del día; después seguimos por tierra, hasta conectar con la EN-122, rápida bajada hasta el bonito puente que salva la Ribeira da Foupana y luego largo ascenso hacia Balurcos, que hacemos cómodamente entre entretenida charla.
El rodar por esa carretera es un verdadero placer por la ausencia de vehículos, prácticamente ninguno en casí veinte kilómetros y porque aún conserva el asfalto en buenas condiciones.

Vista de la Ribeira da Foupana

Comienzo del ascenso desde la Ribª da Foupana hacia Balurcos, por la muy solitaria EN-122
Carretera a Corte Tabelião, poco antes de llegar a la aldea seguimos los indicadores de la Vía Algarviana hacia Afonso Vicente. Ese tramo atraviesa algunos barrancos, ya secos, y tuvo un par de repechos duros, que Jsoé Andrés hizo sin dificultad y donde yo puse pie a tierra, por lo inclinado y por lo rocoso.

Un tramo pedregoso del Sector 1 de la Via Algarviana. 
Después hicimos un recorte para salir directamente a la M-507, pasar por Cortes Pereiras y bajar hasta Alcoutim, donde paramos a beber y comer. La temperatura ya estaba por encima de treinta grados.
La M-507 y el Guadiana (Sanlucar y el Castillo de San Marcos, en el horizonte). Una vía paisajística de primer orden. Rodamos por ella casi 20 km hacia el Sur con el río a nuestra izquierda, con un fresco viento contrario.

A José Andrés le va gustando cada vez más esto del gravel y parecía más adaptado a su Merida

Subida al Pontal








Moinho das Pernadas


 Caserío de Odeleite y a la derecha la subida del 13-14%, última dificultad del día

Avituallamiento final
Acabaría siendo una ruta circular en dirección N-S, cruzando las Ribeiras de Odeleite, de Foupana, dos Cadavais, afluentes del margen derecho del sistema fluvial del Guadiana, en la que también se rueda muy cerca del mismo río, circulando por la carretera M-507, de Alcoutim hasta pasar Foz de Odeleite, donde nos desviamos para continuar por el camino que sube por el margen de la Riberia de Odeleite hasta alcanzar la localidad de partida.

Ruta más de 63 km, con un desnivel positivo superior a 1.000 m, que hicimos en casi cuatro horas en movimiento. Quizás podría ser una opción para la tercera edición de la ruta anual de Gravel Café.

Jornada coincidente con la victoria de Mathieu Van del Poel, el fuera de serie holandés, en la Copa del Mundo de MTB. Tenía la corazonada de que podía lograrlo en la carrera de Nové Mesto (Rep. Checa) y por la mañana me calcé zapatos azules y calcetines blancos, en imitación de su indumentaria.

20 mayo 2019

Cruzando el río Tinto y Noble silencio

La mañana del domingo, José Andrés y el que escribe, hicimos un interesante recorrido gravel para pasar el río Tinto y subir a Lucena del Puerto. Era la primera ruta que hacíamos juntos con bicicleetas gravel-cx y él fue contándomé las sensaciones que tenía con su nueva bici, sobre todo en cuanto a la posición de pilotaje y también que decidió cambiar el manillar por otro de más anchura. A pesar de lo cual no acaba de sentirse cómodo, quizás tendrá que espera algo más tiempo para la adaptación.

No conocíamos el lecho del vado y por prudencia lo pasamos a pie

 
En Lucena, mientras desayunábamos, decidimos cambiar el plan de ruta, de manera que fuimos hasta Moguer siguiendo los caminos del Alamillo, del Monturrio y del Fresno, todos asfaltados. Cruzando el pueblo, pinchazo en la rueda trasera de la Merida que afortunadamente tapó el liquido sellante. Acabamos bajando a las Marismas del Tinto y rodamos por el borde hasta llegar a la pasarela de Anillo Hídrico de Huelva, (Tramo Río Tinto) por la que nos encaminamos hacia Huelva. Evitávamos así cruzar el puente de la N-422, entre el muelle petrolero y la Punta del Sebo, donde los ciclistas están muy expuestos al tráfico de vehículos. Aunque nuestro recorrido para alcanzar la ciudad fue feo y complicado, primero entre las balsas de fosfoyesos y luego teniendo que cruzar las vías del ferrocarril. No creo que  repita esta parte de la ruta.

Fue una jornada tranquila, para disfrutar de la compañía y para charlar no solo de bicicletas y gravel, si no también de cosas de la vida y del espíritu. 

Los datos de la ruta en Garmin
GENESIS Croix de Fer y MERIDA 100
Rodando por el borde de la marisma del Tinto
Atravesando de nuevo el río Tinto
Esta mañana he leído un artículo Noble silencio de Antonio Muñoz Molina, en el escribe de la importancia del silencio, de la quietud, del vacio, del no hacer y en el que también se refiere a los cinco preceptos del budismo
No dañar la vida, sobre todo; no tomar lo que no te ha sido dado, ni decir palabras que puedan hacer daño, ni abusar de tu cuerpo con intoxicaciones alcohólicas o de drogas, ni dejarte llevar por impulsos sexuales que puedan hacer daño a otros o a ti mismo.
Creo que nos iría mejor a todos si aplicáramos más estas indicaciones

06 mayo 2019

XII Passeio de Amigos BTT Giões 2019

La típica foto antes de la partida

El hombre que habla con Zé creía que pasaríamos por su sembrado pero estaba equivocado, lo hicimos por otro lugar

Parada de avituallamiento en Laborato





Primera pasada de la Ribera de Vascão

Esperando mientras atrás arreglan un pinchazo
Gravel Café estuvo entre los participantes


Buscando la sombra, como las cabras y ovejas


Segundo paso por la Ribera de Vascão








Último avituallamiento, antes del singletrack del Vascão


Llegando a Giões

Cozido de grão

Monumento homenaje al Dr. Oscar Olivéira en Giões
Hacia cinco años que no asistía al Passeio de Giões que organiza Zé Guerreiro buen amigo, gracias a cuyo empeño y dedicación se han venido celebrando este encuentro durante doce años consecutivos. Esta vez viajaba en solitario, sin ninguno de los "Trípodes Algarvios" que habían acudido en años anteriores. En la salida también eché de menos a algunos amigos algarvios, como Amandio, David, Fernando, José, Mario, Nuno, Valerio o los  hermanos Oeiras, Ricardo y Ruí.
Comentaba Zé que en los últimos años se han desarrollado más otras actividades deportivas, como el trail y el triathlon, en los que muchos de ellos participan y ahora no acuden a esta cita.
Este año seríamos alrededor de una treintena de bikers, entre ellos algunos conocidos de experiencias anteriores. Además también había ruta para senderistas.
José Guerreiro sabe como organizar un paseo entre amigos, construyendo un recorrido variado, compuesto de viejos y casi perdidos caminos entre muros piedra, cercanos a las aldeas (Lutão, Laborato, Farelos, Velhas), de caminos más transitados y también de algún "estradão em terra batida", amén de por senderos y singletracks cercanos a la Ribeira de Vascão.
A todo ello hay que añadir que dispuso puntos de avituallamiento en la ruta btt, recuerdo uno en Laborato  (km 13,5) y otro en el km 30, poco antes del comienzo del singletrack de Vascão, donde teníamos agua y cervezas frescas (¡).
En general me fue bien, salvo en algún tramo técnico por las piedras, donde cada día me siento más inseguro y miedoso por los pedales automáticos. Y por descontado, debo mantener el desarrollo 30x50 ¿si aumentara los dientes del plato como subiría las pendientes que hay para dejar atrás el Vascão?
Finalizamos con el tradicional almuerzo de convivencia (bikes+senderistas) en el snack-bar "O Poço"

La ruta en STRAVA

02 mayo 2019

Etapa 8. Alter do Chão - Castelo de Vide

Chafariz da Praça da República (Alter do Chão) construida en marmol de Estremoz


Saliendo de Alter do Chão
En la última etapa me sentía desanimado casi desde el comienzo. Creo que era más cansancio mental que físico. También porque el costado izquierdo seguía afectado por la caída de la sexta etapa.
A los pocos kms. del pueblo pasamos por la puerta de la Coudelaria de Alter, la yeguada nacional cuya misión es la cría y valorización del caballo Lusitano Alter Real.
El trayecto siguió por el campo y hasta Crato fue bastante bonito. A la entrada del pueblo me desvié del track, ya que mi cabeza estaba sobre todo en adelantar el viaje de vuelta a casa y ganar un día, que en seguir la línea morada de la pantalla del gps. Me detuve y llamé a A para comentárselo. Lógicamente le parecía buena idea y me dio noticias de su hermano, al que se le complicaban  las cosas en su hospitalización.




Un par de kms. más adelante se llega a Flor de Rosa y allí me acerco a ver el antiguo monasterio de Santa María de Flor de Rosa (original del s. XIV) donde actualmente se asienta una lujosa Pousada, donde coincido con Alberto y juntos continuamos viaje. Por esta zona tan sólo tendremos una incidencia, pinchazo en la rueda delantera de la BH de Alberto, que él solucionó con rapidez y su particular idiosincrasia. Después tuvimos oportunidad de disfrutar de un tramo del camino especialmente atractivo por el colorido de su vegetación.




Después de Vale do Peso entramos en una zona con bastante eucalipto y con pistas más movidas y por allí perdí la rueda de Alberto y equivoqué el trayecto. No puede comunicar por teléfono, de modo que, como sentía cercana una carretera, acabé cogiéndola para llegar a Apalhão. Una vez en la localidad contacté con Julen que estaba con Alberto siguiendo el track. Trate de localizarlos, sin éxito y acabé entrando en un bar para tomar un refresco y un pastel. Cuando salía llegó a Alberto, al que comuniqué mis intenciones de volver a casa esa misma tarde. Después seguimos viaje por la carretera N-246 hasta Castelo de Vide.



Ya en el pueblo buscamos un sitio para comer algo, esperando la hora de entrada en el hotel ya que hasta las 15 h. no podíamos. Ambiente de fiesta en Castelo de Vide por ser la Semana Santa la principal festividad del año.
Tras limpiar la bici y darme un baño, me despidé de Alberto y Julen y emprendí el viaje de vuelta a casa.
La etapa en GARMIN

PALADEAR Y PEDALEAR
Ocho etapas de cicloturismo por el Alentejo (Alto y Bajo) para disfrutar de la belleza paisajística de la región y de muchas de sus más emblemáticas localidades, paladeando su rica gastronomía, sobre todo queijo, polvo, porco, sericaia, sus vinos (aunque en el trío hubiera un abstemio) o su repostería.
Representó la mayor experiencia cicloturista para mi, en días y distancia, y Julen y Alberto me la hicieron fácil, mi agradecimiento a los dos por ser tan buenos compañeros de ruta y de viaje, por su amabilidad, por su educación, por su complicidad, por su buen humor.

Si hay segunda edición de esta particular Volta ao Alentejo espero estar en la salida.