22 abril 2017

ÓBIDOS, PENICHE, NAZARÉ

Podría resumir este viaje de Semana Santa con un sencillo marcador deportivo, 2 - 1 (Faros DOS, castillos UNO)

Castelo de Óbidos (Pousada) 
En el principio fue ÓBIDOS, con su impresionante ciudadela amurallada coronada por el Castelo de Óbidos, transformado en Pousada Histórica en los años 50 del s. XX. El nombre de la villa deriva del latín oppidum y significa «ciudadela», «ciudad fortificada». Hoy en día es un importante foco turístico, por su riqueza cultural y patrimonial y con distintos eventos temáticos a lo largo del año (Mercado Medieval, Festival Internacional de Chocolate, Semana Santa y Óbidos Vila Natal).



Siendo lugar obligatorio de paso y permanencia de visitantes, toda ella se ha compuesto para que la saquen, no una foto, sino muchas, con la preocupación de quedar favorecida en todas. Óbidos es un poco como la muchachita de tiempo antiguo que fue al baile y espera que la vengan a sacar. La vemos muy compuesta en su asiento, sin mover una pestaña, y está disgustadisima porque no sabe si el caracolillo de la frente se le ha desmadejado con el calor. Pero en fin, la chica es guapa, no se le puede negar.


José Saramago. Viaje a Portugal (1995)



Después fue Peniche, a donde tardamos en llegar, primero porque empezamos con equivocación de ruta y después porque antes nos dirigimos a la Lagoa de Óbidos




Se trata del sistema lagunar costero más extenso de la costa portuguesa, con un área total de casi 7 km2 y una profundidad media de dos metros, con costas que van desde el medio metro a los cinco.

Nosotros entramos por su lado Oeste y recorrimos parte del camino que rodea el Braço do Bom Sucesso. Antiguamente esta laguna era mucho más extensa, alcanzando la falda de la colina donde se asienta la Vila de Óbidos, bañando los muros del castillo del lado de Poniente.
La pesca y el marisqueo constituyen una de las principales actividades económicas para las poblaciones cercanas.


Bateira, barco típico utilizado por los pescadores y mariscadores de Lagoa d'Óbidos 


Foz do Arelho desde el lado de Bom Sucesso 



Cuando finalmente llegamos a Peniche fuimos al Cabo Carvoeiro, lugar de gran valor paisajístico y natural, que cuenta con impresionantes acantilados, desde donde se divisa la Reserva Natural de Berlengas.

Farol de Cabo Carvoeiro 


En Peniche comimos en el restaurante Abrigo do Pescador, cerca de la fortaleza de Peniche y de la entrada del puerto, rememorando otra comida que hicimos por allí hace bastantes años.

Praça-forte de Peniche 


Zambullidas en el puerto de Peniche 


Otro día fuimos hasta Nazaré, antes, de camino, paramos en Alcobaça, pero el Monasterio estaba cerrado por huelga y subimos directamente a O Sitio. Allí visitamos primero el Museo Etnográfico y Arqueológico Dr. Joaquim Manso, un museo de carácter regional que se encuentra localizado en su antigua casa de veraneo de inicios del siglo XX y después entramos en la iglesia del Santuário de Nossa Senhora da Nazaré.




Pieza expuesta en el Museo de Nazaré, donde se representa la leyenda de Nazaré





Paseamos hasta el Farol de Nazaré situado en el Forte de S. Miguel Arcanjo, que cuenta con una sala donde cuelgan tablas de surf, como homenaje a los surfistas y a las grandes olas (BIG WAVE) y donde también se explica porque el cañón submarino de Nazaré provoca olas gigantes, lo que ha convertido el lugar en un punto muy importante de las rutas del surf mundial.




 Veado, la polémica estatua homenaje a los surfistas, con alusión al milagro de Nossa Senhora de Nazaré 


Forte de S. Miguel Arcanjo, desde el acantilado 


Acantilado desde el Fuerte-Faro 

 

ADAMASTOR, otra escultura de Adália Alberto


El 1 de diciembre de 1903 comenzó a funcionar la linterna instalada en el Fuerte

De Nazaré volvemos a Óbidos después de comer en Casa Pires-A Sardihna
En la puerta de Santa María, ensayo de música coral para la noche de Viernes Santo 
Torre de Igreja de Santa María de Óbidos y Pelourinho




Pasamos una tranquila tarde paseando por sus calles y murallas, para después merendar chocolate y bolos recién amasados y horneados en Capinha d'Óbidos.

Capinha d' Obidos 
Tuvimos un final de jornada sorprendente por el encuentro inesperado y grato con uno de nuestros más admirados músicos portugueses, Tiago Bettencourt , que respondiendo a mi pregunta de cuando publicaría su nuevo álbum (sabía que había estado grabando recientemente), contesto que en septiembre. Esto ocurrió durante la cena en Tasca Torta.

Esa noche nos encontramos en Rua Direita con la procesión del Entierro de Cristo, muestra de recogimiento por el silencio de los participantes y la luz de antorchas y velas como única iluminación.

19 abril 2017

Museu do Ciclismo Caldas da Rainha


Situado en Rua de Camões nº 57, junto al Parque D. Carlos I de Caldas da Rainha, se encuentra el Museu do Ciclismo. Desde que lo descubrí en un articulo del nº 4 (2012) de la revista B CULTURA DA BICICLETA, tenía interés en conocer el lugar.

El panel dedicado al gran Joaquin Agostinho (2 veces 3º en el Tour)
De nuestra visita nos ha quedado un recuerdo entrañable y magnífico. El museo acababa de abrir en su horario de tarde y al principio nos guiaba por las salas de la primera planta una de las chicas que allí trabaja

Esta es una de las dos bicicletas Zeus que vi en las salas del Museo. De esta reconocida marca española (Luis Ocaña ganó el Tour del 73 montando componentes Zeus) fue mi primera bicicleta de carretera, con cuadro en acero unido con racores.
La parte dedicada a las crianças (niños)


Placas de matrículas y affiche del Ladrón de Bicicletas

José Bento Pessoa primer portugués en batir un récord del mundo
Después apareció Carlos Silva, coautor de unos de los libros que se guardan en unas de las vitrinas y comenzó a enseñárnoslo, y por último llegó D. Mario Lino, artífice y director del museo, hombre polifacético, principalmente como coleccionista y fotógrafo, pero sobre todo persona jovial y gran conversador. Tuvimos la fortuna de recorrer las salas en su afable y enciclopédica compañía, porque igual nos hablaba de historia de ciclismos portugués, de la Volta a Portugal, de las extintas Brevets Caldas-Badajoz o Caldas-La Codosera, en las que estuvo implicado, que de historias de la raia (frontera) o de las relaciones hispano-portuguesas. En una nueva muestra de la amabilidad y generosidad portuguesa, Carlos me entregó un plato de cerámica alusivo a una ciclo- brevet.


Después visitamos la planta baja donde estaban terminando los preparativos de una exposición dedicada al cine, y Mario Lino nos fue explicando gentilmente algunos de sus paneles, como el dedicado a la actriz Gremilda Gil.

Programa de la muestra

Uno de los carteles de expuestos, pelicula de Manuel d'Oliveira
En la salida nos invitaron a café y a un pastel tradiconal (Pelicano) que ha sido recuperdo recientemente para la dulcería caldense y hasta una copita de porto. Además de regalarnos una revista y de invitarnos a la inauguración de la exposición el próximo 29 de abril.

Más información sobre el Museu en este blog en portugués

11 abril 2017

SRP 100 y SRP 160 en SERPA


Foto de bikers onubenses previa a la salida, Antonio Álvarez, en primer plano, detrás Diego González, J.C. Macias, Isabel Borrrero, Lucas Van Arcos, Moisés García, Luis Montes, F. J. Macias y Alejandro Esteban 


Una CX entre las BTT
Con José Agusto y Luis Montes






Trilhos (senderos/single track) junto al Guadiana





Azenha da Ordem, en el Guadiana

El personal del primer avituallamiento. A la izquierda, cámara en mano, Ruivo Neca, autor del video de la prueba en SerpaDigital
 







Aguas teñidas de la Mina de São Domingos
Antes de la salida de la prueba hubo tiempo para saludar y fotografiar a los componentes del equipo Sportbici-SCOTT, que dominaron las clasificaciones. Francisco Javier y José Carlos Macias Bonaño ("los bartolinos") fueron 1º y 2º en la general de la Ultramaratona SRP 160, con un tiempo de 6:29:41. Por su parte Diego González Calderón, que ese día cumplía 22 años, venció en la Maratona SRP 100 con un tiempo de 3:31:44.
En cuanto a los amigos de Bicicletas Superprestigio, Lucas iba a participar con su bicicleta de ciclocross (otro de sus retos-locuras) y correr su particular Roubaix, acabando la Ultramaratona (166 km) en 7:33:23. Por su lado Isabel completó la SRP 100 en menos de 5 h siendo la primera en categoría femenina y 10ª en la general.

Poco después de la salida, que JA y yo nos tomamos con calma (para no molestar ni ser molestados) y rodando por el primer camino, el bidón que llevaba en la tija cayó al suelo. Me paré a recogerlo porque quedaba mucha ruta por delante para hacerla con un sólo bidón, pero en la caída se había roto. De ese modo ya estaba colocado en la cola del pelotón. Después entramos en los bonitos senderos que discurren junto a la orilla del río Guadiana y en ellos nuestras escasas habilidades para el mountain bike hicieron que tuviéramos que seguir a pie, lo que aprovechamos para admirar el paisaje y fotografiarlo. Cuando habíamos recorrido algo más de ocho km encontramos a un participante caído, Evaristo Moreno, con una herida importante en un antebrazo. Creíamos que necesitaba una cura adecuada e intentamos conectar por teléfono con la organización, sin éxito. Cuando llegó el coche que cerraba la carrera, su conductor (Nuno) nos dijo que no contaba con equipo sanitario. Evaristo se había marcado como objetivo llegar a Paymogo y aunque en mi caso hubiera vuelta a Serpa para recibir atención médica, él quería acabar por encima de todo y se dirigió hacia el primer avituallamiento, situado en el km 21. Donde pudieron atenderle y llegó a meta cumpliendo su anhelo.
Con estas vicisitudes JA y yo llegamos muy retrasados al km 21, avituallamiento 1 y punto de control, situado cerca de São Bras. Allí tuvimos tiempo de comer y beber, de despojarnos de alguna prenda ya que había subido la temperatura, también de charlar con los voluntarios y hasta de hacer algunas fotos. A partir de aquel punto, el recorrido seguía hacia el Sur con siete kilómetros por asfalto, en los que pensaba ¡que buen tramo para los ciclocrossistas! (Antonio y Lucas). Tras esta parte suave y rápida volvemos a los caminos y senderos que nos llevan a cruzar la Ribeira de Limas. De esa parte queda en el recuerdo una bajada muy empinada y un sendero estrecho y con caída a la derecha hacia un cauce fluvial, donde afortunadamente pude evitar una; aquello me lo tomé como un aviso, tras lo que hice la parte de más dificultad pateando en lugar de pedaleando. El recorrido estaba bien balizado, además en esta ocasión los dos contábamos con GPS y seguíamos la ruta sin problemas. Después vinieron una serie continuada de subidas y cerca del km 40 me detuve para quitarme una camiseta y esperar a mi compañero que se había retrasado en las cuestas anteriores. Al poco llegó el coche escoba conducido por Nuno y junto a él estaba sentado JA, que había sufrido un tirón en una pierna que le impedía seguir pedaleando. Tiré para adelante, superé una larga subida por buena pista hasta Corte Sines (km 51), donde estaba el segundo avituallamiento. Allí Nuno nos comunica que le han ordenado  dirigirse con el coche hacia Mina de S. Domingos (JA marchaba con él) y que no iba a continuar detrás de mi y por tanto tendría que hacer lo que quedaba de ruta, casi la mitad, en solitario. Y eso hice, primero por la primaveral y hermosa planicie alentejana, que en esta ocasión no era tan plana, si no más bien empinada hasta Corte do Guizo y además con un fuerte viento de cara, que me castigó en aquellos tramos hasta Minas de São Domingos, a donde se llega por el barragem de Tapada Grande. Pensaba que pronto encontraría el siguiente avituallamiento (el 3º). Cuando pasaba frente a la terraza del cafe-restaurante S. Domingos vi una bicicleta (¿gravel?)y un ciclista. Me hubiera cambiado por él de inmediato para tomarme un petisco y beber una cerveja. Dejé atrás la aldea y seguí dirección S recorriendo los terrenos de las antiguas explotaciones mineras. Una vez pasadas las ruinas del área industrial de Achada do Gamo, la ruta hace un giro de 180 grados y vuelve hacia el N por unos senderos estrechos y pedregosos y a veces muy empinados, para llegar a Minas de São Domingos por la zona donde se asienta la corta principal de la antigua mina. Más de una vez mientras transitaba, bajo un sol inclemente, por aquellos parajes áridos y abandonados me pregunté si no era mejor dejar de seguir el track, porque aquella vuelta por la vieja mina no era más que un castigo extra. Pero no lo hice, quería respetar el trazado y seguirlo y creía que el tercer avituallamiento no podía estar muy lejos e iba apurando el poco de agua que me quedaba en el bidón. 





ruinas de Achada do Gamo



La antigua mina quedaba atrás y rodando hacia el N creía que cerca de Corte do Pinto podía estar el ansiado avituallamiento, pero no fue así. Por caminos anchos me iba alejando de la aldea y me acercaba a la Rivera del Chanza que marca la línea fronteriza entre Portugal y España. Después de más de 30 kilómetros en solitario volvía a encontrar signos de que estaba en la SRP 100, el todo terreno de Nuno y dos ciclistas subiendo una inclemente pendiente. En ese punto ya estaba mosqueado por la falta de agua. En la segunda bajada al Chanza observé que los dos ciclistas pedaleaban por la parte española y que el todo terreno estaba parado antes del paso hormigonado sobre la ribera. Paré y le pedí agua a Nuno, me la ofreció de una botella de 1,5 L llené el bidón, me dió un sande, mordí un bocado a y tomé un lipton tea pequeno. Me quedaban algo más de 12 km para alcanzar la meta. Fueron por pistas anchas y a veces asfaltada, pero con ganancia de altura además de un fuerte viento de Levante. Aunque en los últimos km la ruta volvía a entrar en el campo. Y poco antes de llegar a Paymogo conecté con dos participantes portugueses, que en los últimos metros me disputaron el "honor" de ser el último, clasificándose 4 y 2 segundos mejor.

Última foto del día, acabada la subida desde la Ribera del Chanza

Una vez cruzado el arco de meta busqué a mis amigos y los encontré almorzando en el Hostal-Restaurante de Paymogo y me uní a la comida. Cambiamos impresiones y entonces supe que la zona de avituallamiento 3 estuvo instalada en Minas de S. Domingos, pero para cuando yo pasé ya la habían desmontado. Igual que el buffet de fríos que había en la meta, también desmantelado. Es decir, que la organización había abandonado a sus suerte a los que transitábamos en la cola del pelotón. Muchos puntos negativos para los organizadores de Trilhos Vivos
Los Gravel Café acabamos la SRP 100 sin percances ni averías y cumplimos con nuestras expectativas.  Antonio Álvarez, se clasificó en el puesto 24 de la General con un tiempo de 5:46:29, mejor de lo que esperaba, según él.
Por mi parte, conseguí completar la prueba, en el puesto 41, con un tiempo de 7:42:41. A dos días de cumplir sesenta y un años, para mí fue un resultado muy satisfactorio.
La pena fue la lesión de José Augusto, que parecía bien preparado para acabarla.
En resumen, fue otra interesante experiencia deportiva que nos reafirma en el gusto y en la preferencia por ese otro tipo de ciclismo que combina el ciclotourismo con los recorridos gravel.