04 diciembre 2023

¡LA MOCHILA!

El viernes 1 comenzaba el viaje cicloturista que había planificado con Antonio para el primer fin de semana de diciembre. Primero viajamos en coche hasta la estación de ferrocarril de Faro, allí compramos dos billetes para un tren de Comboios de Portugal (en adelante CP)  línea Faro-Pinhal Novo, subimos al carruagen (vagón) 21, asientos 18 corredor y 12 janela (ventana).

encima de mi se observa donde coloqué la mochila en el vagón

las bicicletas y el compañero

El viaje transcurría con normalidad y en el vagón cafetería charlamos con un amable caballero que nos precedía en la cola. El pago con tarjeta hacía que el servicio fuera muy lento.  Él pidió un café (lo invitamos) y nosotros dos, que nos llevamos a los asientos para tomarlos con los bocadillos que traíamos de casa.

Nuestros billetes incluían un segundo tren, pero decidimos que no era necesario y en Pinhal Novo, una freguesia de Palmela, nos bajamos. 

en la estación de Pinhal Novo

Salimos de la estación con idea de comenzar nuestro recorrido por el Parque Natural Serra da Arrábida. 

Ya en la calle, Antonio me dice: ¡venga, saca ese mapa que trajiste!

Entonces es cuando me percato que había olvidado la mochila en el vagón del tren 😩

Rápidamente volvemos a la estación. A la chica que estaba primera en  la cola frente al mostrador de CP le digo que preciso hablar con el empleado, a quién le cuento lo sucedido, este dice a la cola que va a atenderme; me pide unos datos, hace las llamadas precisas y me comunica que para recuperarla tendré que acudir al GAC (Gabinete de Apoio ao Cliente) de la estación de Oriente en Lisboa, parada final del tren donde viajábamos. Pero para ir hasta allí debíamos viajar con otra compañía Fertagus y nos indica cuales son las máquinas expendedoras. Ese empleado me pareció un hombre muy amable y servicial.

Un tipo que andaba por la cola escuchó mi acento sevillano y bromea un poco con eso. Después de saber que el tren para Lisboa iba a tardar, otro tipo amable nos había ayudado con los horarios, salimos de la estación para tomar algo. A la segunda acertamos con el local: Mafraria Pastéis de Nata allí tomamos unos cafés con leche y dos pasteis de nata ¡Deliciosos! 😋 Cambio de planes obligado, de pedaleo por el Parque Natural da Arrábida, pasábamos a tener que pedalear por Lisboa.


 vitrina de la Pastelaria em Pinhal Novo


Reconfortados con tan rico pequeno almoço volvimos a la estación para coger el tren para Lisboa, que haría parada en varias estaciones antes de atravesar el Rio Tejo por el Ponte 25 de Abril.

primera vez que pasaba por la línea férrea del puente


En Lisboa nos apeamos en la estación de Roma-Areeiro, final de la línea de Fertagus. Desde allí teníamos que ir en bicicleta hasta Gare do Oriente para buscar la mochila. Antonio mira opciones en Google Maps y nos lanzamos a pedalear por las avenidas lisboetas (Almirante Gago Coutinnho, Cidade de Porto, de Berlim) y también por carriles bicis, hasta llegar a la estación de Oriente.
Tuvimos que subir a la primera planta porque es donde se ubica la estación de trenes para localizar el GAC. A los pocos minutos de entrar una empleada me entregaba la mochila. ¡Qué suerte y qué alivio! 

¡recuperada!😊

Luego fui con Antonio hasta la orilla del río para hacernos unas fotos bajo la espectacular cubierta que Álvaro Siza proyectó para el Pabellón de Portugal en la Expo'98.


Bajo la cubierta do Pavilhão de Portugal

Para la vuelta había que utilizar de nuevo los trenes de Fertagus y nos dirigimos en bici por Av. Marechal Gomes da Costa, Av. do Brasil, Av. do Campo Grande hasta la estación de Entrecampos,  donde compramos billetes para Setúbal.

andén 4, hora 16:45, destino Setúbal

En un sitio para dos, había metidos 3 patinetes, 3 bicicletas

El hombre que llevaba la bici de montaña habla un poco con nosotros y cuando nos oye decir el nombre del hotel donde nos alojaremos en Setúbal, se ofrece a guiarnos hasta allí, ya que en la zona vive su namorada (novia) a la que va a visitar.
Tuvimos que pedalear duro para llegar al hotel en un final por una calle bastante empinada. Después bajamos dando un paseo hasta la parte baja de Setúbal y cerca de la Avenida Luisa Todi localizamos la pizzeria Madia donde cenamos muy bien (invito como agradecimiento por el apoyo y la ayuda que Antonio supo darme)
Para la vuelta tomamos un taxi, el conductor que tal vez fuera admirador de Carlos Sainz o Sebastian Loeb, conducía a toda pastilla por estrechas calles. Y con esta carrera de poco más de cuatro euros dábamos por terminada una ajetreada sexta feira.