06 marzo 2019

Vías pecuarias Huelva - Sevilla

La idea era hacer una ruta gravel de larga distancia, en modo randonneur, y para eso elegí unir lugar de residencia con lugar de nacimiento (Bellavista y Castilleja del Campo). Sería un recorrido de ida y vuelta. De los primeros veinte kilómetros no hay mucho que contar, lo interesante comenzó cuando rodaba por el arcén de la carretera y mi teléfono empezó a sonar. Era mi amigo Lutgardo que se interesaba por el viaje y que estaba dispuesto a salir a mi encuentro.
Tras atravesar el puente sobre el arroyo Candón dejé el asfalto para seguir por la Colada de Sevilla, también conocida como Puerta Verde o Cañada Cordel de Sevilla a Huelva. Rodando entre haciendas ganaderas  me dirijía al río Tinto y esta vez fui hasta el Vado de las Tablas para contemplar el río. Después seguiré la Colada del Camino de Las Tablas en dirección a la Laguna de la Cascajera y de allí llegaré a Niebla, donde hago una parada para desayunar. 



Hacienda La Ruiza, ganadería de toros bravos Prieto de la Cal




río Tinto


En Casa Ramos desayuno ciclista
Nuevo contacto con Lutgardo, acordamos vernos a la altura de Villarrasa, siguiente pueblo de mi recorrido. 
El tramo por carretera hasta allí tuvo poco tráfico y, al poco de salir del pueblo por el Cordel de Sevilla (Vereda de la Carne) veo como se acercaba mi amigo. El Cordel es bastante ancho y tiene un piso de tierra bien asentado que hace que rodemos a buena velocidad, pasamos junto al Cementerio de La Palma del Condado y seguimos hacia el Este, charlando amigablemente.
Cordel de Sevilla (Vereda de la Carne)

El recorrido de la vía pecuaria, superpuesta a la vía romana (Ilipla-Tucci), pasa al norte de las poblaciones de Villalba, Manzanilla, Paterna y Escacena. La distancia de 30 kms. que hay entre Niebla y la aldea de Tejada la Nueva, donde hay que situar Tucci, es similar a la de la antigua vía romana.
Sin duda, rodando en compañía los kilómetros pasan más rápidos.

Tejada la Nueva a la espalda de Lutgardo
 El recorrido continúa sin interrupción por la Cañada Real de Niebla hasta que llegamos a la aldea de Tejada la Nueva. D esta vía de comunicación, Tucci se convierte en centro económico de un rico territorio agrícola y clave de las comunicaciones en sentido E-O (Valle del Guadalquivir-Valle del Tinto) esto es, entre el Aljarafe sevillano y la Tierra Llana de Huelva. La importancia del Campo de Tejada debió estar  más en función de las explotaciones minerometalúrgicas, centradas en los yacimientos de Tejada la Vieja y el Cerro de Castillo (Aznalcóllar). 
Desde allí hasta mi pueblo rodamos por la Vereda de Castilleja, en algunos puntos muy machacada por las ruedas de los tractores.


almuerzo
Mi hermana me invitaba a comer, en los preparativos mi cuñado pregunta si estoy preparando alguna brevet, le contesto que no es así, que más bien esta prueba es de cara al viaje cicloturista de Semana Santa, aunque al final poco faltó para completar una brevet de 200.
Castilleja del Campo, a lo lejos

Manzanilla, en el horizonte
Atravesar los cascos urbanos de Escacena y Paterna del Campo tuvo su miga, por aquello de que ambos están adoquinados. Dejando Paterna por la calle Prado de San Roque, una niña me pregunta desde el porche de una casa ¿A donde vas? -A Huelva, le digo -¡Uhhh!, exclamó.


Vista desde la Vereda de Benafique

café en Villarrasa

Esta última parte de la ruta está muy marcada por la presencia del río Tinto
Primero estuve fotografiando el puente de origen romano. Continúa teniendo básicamente la misma estructura original (nueve arcos levantados con sillares, tajamares triangulares aguas arriba y semicirculares aguas abajo) y sería la mayor obra de ingeniería conocida de época romana en la provincia de Huelva.






Más adelante me detuve cerca del vado que hay por debajo de la A-49. Allí veo como un chaval cruza el río, en una pequeña motocicleta de cross. Aproveché la parada para tomar un gel, ya había recorrido 118 km.


En el regreso, cerca de la Hacienda La Ruiza había un hombre parado al borde del camino junto a su bicicleta. Me detuve y le pregunté que si necesitaba ayuda. Tenía engranado el plato grande y me dijo que la cadena no funcionaba bien porque estaba muy ladeada, pero que continuaría con el plato mediano. Vivía en Lucena y que había cruzado el Tinto por el vado del puerto de Lucena quitándose las Segarra señalando sus botas. Luego me preguntó a donde iba, se lo dije y me deseó buen viaje, buena cena y que me tocaran los cupones (sic) y me agradeció el que hubiera parado.

Para el final de la ruta, después de rellenar el bidón en un bar de San Juan del Puerto, opté por seguir la carretera, que al ser sábado por la tarde, no tenía demasiado tráfico de vehículos e incluso, ya en las cercanías de Huelva, desde un coche desconocido, que circulaba en dirección contraria, me saludaron afablemente cuando nos cruzamos.
Marismas del Odiel
    La ruta acabó con estos datos: Distancia: 154,63 km / Tiempo en movimiento 7:33/ Altura ganada 727m / Velocidad promedio 20,7 km/h
    Llegué bien a casa, aunque el cansancio en las piernas me duró casi veinticuatro horas. La experiencia fue satisfactoria,  nunca me sentí aburrido y para otra ocasión quizás me plante una ruta gravel Huelva-Sevilla. 
     
    Bibliografía. Ruiz Acevedo, Juan M., Las vías romanas en la provincia de Huelva, 1998