18 agosto 2010

Novelas norteamericanas

Entre mis últimas lecturas se cuentan tres obras de autores estadounidenses. No ha sido premeditado, sencillamente ha ocurrido así.
La primera lectura fue Invisible -última novela editada en España- de Paul Auster (Newark, Nueva Jersey, USA, 1947).
Auster es uno de mis escritores preferidos y he leído muchos de sus libros, aunque ultimamente había quedado decepcionado con la lectura de Un hombre en la oscuridad, (igual que con la novela, precedida de buenas críticas, Elegía para un americano de Siri Hustvedt, su mujer), las opiniones de dos buenas lectoras, una amiga y mi mujer, me llevaron hasta Invisible
El relato está construido con técnica de novela policíaca y su prosa, directa y realista, permite avanzar por la trama sin demoras persiguiendo la siguiente página  lo que hace que su  lectura sea rápida y absorbente. El libro está construido con el típico andamiaje austeriano, ese en el que el autor recurre, como en obras anteriores, a muchos detalles autobiográficos, temporales y espaciales, y también a referencias literarias y cinematográficas.
Una novedad notable respecto a otras novelas suyas es la relevancia que adquieren en el texto las escenas con alto contenido erótico y sexual.
Creo que con esta novela Auster remonta el vuelo literario y su calidad está a la altura de sus mejores libros. Es una obra recomendable, aunque su final me resultara desconcertante.

Por recomendación de Ana, leí después la bonita edición rústica que ha editado RBA de PARADERO DESCONOCIDO, de Kressmann Taylor
El  libro, de solo 80 páginas, está estructurado como una novela epistolar entre sus dos personajes principales Martin y Max, dos grandes amigos que son socios en un negocio de compra y venta de obras de arte en Estados Unidos.
A finales de 1932 Martin decide volver a Alemania cuando el entusiasmo por Hitler está en pleno auge.
Max, judío, sigue en Estados Unidos al frente del negocio, y en esa fecha empiezan las cartas mutuas. Cada capítulo del libro es una carta, al principio afectuosas y fraternales, después se van tornando más frías, fanatizadas y hasta crueles.

El desenlance de la historia es implacable y terrible.
La lección que nos deja es sombría y luminosa a un tiempo, por los estragos que pueden causar el fanatismo, el nacionalismo, el racismo, destruyendo la amistad y la vida, separando a los hermanos, sembrando el odio.
Kressmann Taylor es el seudónimo literario de Kathrine Kressmann (1903-1996). En 1928, Kathrine se casó con Elliott Taylor, que era propietario de una agencia de publicidad. En 1938, la pareja se mudó a Nueva York, donde la revista Story publica PARADERO DESCONOCIDO. El editor  Whit Burnett y Elliot consideraron la historia "demasiado fuerte que aparezca bajo el nombre de una mujer" y  le asignaron a Kathrine el seudónimo masculino de Kressmann Taylor, que ella usó profesionalmente para el resto de su vida.


En tercer lugar leí Indignación de Philip Roth (Newark, Nueva Jersey, USA, 1933). Era un autor que figuraba entre los que tengo pendiente de conocer y de ese título tenía una buena referencia.

La vigésimo novena novela de Roth cuenta la historia de la educación de un joven judío, llamado Marcus Messner, hijo único de una familia de carniceros kosher del Newark en la década de 1950. Tentado por las oportunidades que le depara el futuro y asfxiado por las estrambóticas restricciones de un padre excesivamente aprensivo, decide trasladarse a una universidad luterana de Ohio, donde deberá enfrentarse al antisemitismo, a la represión sexual y a la amenaza que plantea sobre los jóvenes del país la necesidad de reclutas para la guerra de Corea. Una historia íntima de inexperiencia, imprudencias, resistencia intelectual, descubrimientos sexuales, coraje y terror. Es una poderosa aportación acerca del impacto de la historia y la represión en la vida de un individuo vulnerable.


Philip Milton Roth (Newark, Nueva Jersey, 19 de marzo de 1933) es conocido sobre todo por sus novelas, aunque también ha escrito cuentos y ensayos, y es un destacado representante de una tradición, la judía-americana, que ha dado algunos de los clásicos de la literatura norteamericana contemporánea, como el propio Roth o Saul Bellow.
Gran parte de la obra de Roth explora la naturaleza del deseo sexual y la autocomprensión. La marca registrada de su ficción es el monólogo íntimo, dicho con un humor amotinado y la energía histérica a veces asociada con el héroe y el narrador de El lamento de Portnoy (1969), la novela que le trajo la fama. La obra de Roth se caracteriza por analizar con fino humor las desesperanzas y fantasías de los judíos estadounidenses aunque también pinta de una manera sarcástica a la clase media en general.

En 2006 el The New York Times Book Review publicó los resultados de una encuesta realizada entre escritores, críticos, editores y otros estudiosos de la literatura, para identificaran a 'los mejores libros de ficción estadounidense publicados en los últimos 25 años.'" De los 22 libros citados, 6 de las novelas de Roth fueron seleccionadas. El ensayo que acompañaba a los resultados de la carta decía: "Si hubiéramos buscado al mejor escritor de los últimos 25 años, Roth hubiera ganado."

Preparando estas notas he leído que cuando a Paul Auster se le concedió el Premio Principe de Asturias de las Letras en 2006, fue la opción de Roth -que llegó a la final junto a la de Oz- la que capitalizó un fortísimo apoyo en un muy amplio sector del jurado. La dificultad o imposibilidad para que pudiera viajar a Oviedo en octubre a recoger el galardón debilitó in extremis sus posibilidades frente a la otra gran opción favorita, la de Auster, que ganó por mayoría.

Por lo tanto, en 2006 el Principe de Asturias de las Letras  seguro que recaía en un escritor nacido en la misma ciudad, Newark y, también, que parece más importante la disponibilidad y la presencia del galardonado en la entrega de premios que la calidad y la importancia de su obra.

Para saber más podeis leer el artículo Philip Roth: Retrato del escritor indignado.
http://www.revistaenie.clarin.com/notas/2009/04/04/_-01889956.htm