14 junio 2013

Mejorando la 96er

En el proceso de mantener y mejorar una bici tenemos que ir renovando los componentes que van llegando al final de su vida útil. Después de que en los últimos tiempos padeciera los ruidos que emitia la 96er me puse a buscar cual sería la causa de los mismos entre las piezas que componen el sistema de transmisión. Una vez efectuado el cambio de bielas y platos y del eje pedalier aquellos han desaparecido. 
Las bielas y platos Shimano Deore LX FC-569 tenían ya sus años pero daban buen servicio, no así el eje pedalier de cuadradillo que, aunque sin holguras, era el foco de los ruidos, porque tras probar con otras bielas y platos no desaparecían y solo lo ha hecho cuando hemos instalado un nuevo Shimano Deore Hollowtech FC-M590.
En las fotos de abajo podeis ver las herramientas que son necesarias para el desmontaje de uno y para el montaje del otro y también las diferencias que existen entre dos Deore, con más de diez años entre ellos, y la evolución que ha tenido el diseño y fabricación de estos componentes. El cambio más significativo está en el eje, un cartucho sellado para el FC-569. En el FC-M590 encontramos un eje hueco integrado con la biela derecha y un juego de cazoletas.


Shimano Deore LX FC-569 y herramientas para desmontarlo

Herramientas y Shimano Deore Hollowtech FC-590 (175 mm - 22/32/44)
La nuevas bielas y platos montados
También he cambiado el manillar y la potencia. Con el primero he buscado gobernar mejor la rueda de 29", ahora llevo un GIANT Connect, plano de 620 mm. Y respecto a la potencia he instalando una Race Face Ride ((70 mm / +6º) algo más larga que la anterior.

El "engendro" 96er (69er) en la actualidad. 
 La buena aceleración es una sus cualidades más apreciables.

10 junio 2013

Del Baixo Alentejo al Baixo Guadiana

Preparadas para un largo recorrido
Una bici de carreras, la Scott Addict de JO, que también tiene su lado turístico
Pequeno almoço en el Snack-Bar Império, Almodôvar


Alcoutim, 3er avituallamiento
Barcos en el Guadiana, al fondo Sanlucar, arriba el castillo de S. Marco de Guadiana

                JO y JA esperando el barco, en primer plano el monumento al contrabandista 

 

 La tercera etapa, la más larga del viaje, nos llevó desde Almodôvar a Bellavista, con un recorrido de 134 Km. y un tiempo de 6:10 sobre la bicicleta, a una velocidad media de 21,8 Km./h.
Después del desayuno en el Bar Império de Almodôvar, en cuyas paredes cuelgan muchas fotos de ciclismo, iniciamos la jornada por la carretera en dirección a Faro, con bonitas vistas por ambos márgenes. Pronto llegamos a Dogueno y allí tomamos la dirección para Santa Cruz y Martim Longo, por una carretera más estrecha pero también rodeada de un paisaje atrayente. Una vez pasada la aldea de Santa Cruz iniciamos la bajada hasta la Ribeira do Vascão. Cruzamos el puente y entramos en el Algarve por en  concelho de Alcoutim. Ascendemos montes despoblados por solitarias carreteras, pasamos por Pesseguerio y llegamos a Martim Longo con ganas de descansar y tomar algo.
Después del café nos encaminamos hacia Pereiro, esta vez el viento sopla de cola y el rodar es más fácil. En este tramo acompaño a JO, que se sobrepone al dolor en su talón de Aquiles derecho. Por delante, JA y JT, pone un ritmo más elevado y por momentos se pierden en la lejanía. Cuando nos acercamos a Alcoutim nos hemos agrupado y decidimos parar para hacer el 3er avituallamiento del día. Allí nos encontramos con el amigo Fernando Dias, de la Associaçao BTT Baixo Guadiana, que preparan en el muelle un avituallamiento para recibir a los participantes en el Raid de Minas de São Domingos a VRSA.
Cruzamos en barco el río y pocos kilómetros después de Sanlucar de Guadiana, en la carretera hacia San Silvestre de Guzmán, nos enfrentamos una de las subidas más duras de todo el recorrido. En su tramo de mayor porcentaje  tuve duda de si podría superarla pero, no sin sufrimiento, acabé por alcanzar la cima.
El resto de la distancia hasta San Silvestre me lo tome con calma, rodando a cola del grupo. El cielo se iba nublando cuando paramos en  un bar de San Silvestre de Guzmán para el almuerzo, que solventamos con unas tapas y montaditos de presa.
El tramo de San Silvestre a Villablanca fue lo más parecido a rodar debajo de una ducha gigante, 10 Km. difíciles, con fuerte viento lateral y bajo una intensa lluvia que nos empapaba completamente, provocando que el grupo se disgregara, porque ir a rueda suponía recibir aún más agua de la que caía inmisericorde.
De Villablanca a Lepe mejoraron las condiciones y rodamos agrupados, con el viento más a nuestro favor. Pasamos por Lepe y Cartaya y continuamos hasta Aljaraque y a media tarde llegamos a Bellavista. Allí JA decide hacer en bici los kilómetros que le separan de su casa en La Rábida, alargando asi su etapa hasta los 150 Km. ¡Ole tus cuadriceps!

06 junio 2013

Toca rodar contra Eolo

El grupo en las escadas da Igreja de São Salvador, Serpa
Antiguo apeadero de la línea férrea llamada Ramal de Moura
Puente sobre el Guadiana, entre Serpa y Beja, del Ramal de Moura, cerrado en 1990
Torre del homenaje, coronada con merlones piramidales, Castillo de Beja


Queijadas de Serpa
Almorzando en bar del supermercado Intermarché de Aljustrel

Detalle del monumento al zapatero en Almodôvar
Toka Rolar, grupo ciclodeportivo de Almodôvar
Pizza siciliana

En la segunda etapa viajamos desde Serpa, pasando por Beja, Aljustrel y Castro Verde, para acabar la jornada en Almodovar. El recorrido fue de 110 km, tiempo en movimiento 5:20, para una media de 20,7 km/h. 
Después de desayunar en Residencial Beatriz nos hacemos una foto en las escaleras de la contígua Iglesia de S. Salvador, callejeamos por Serpa hasta dar con la salida para la carretera hacia Beja, que en su primera parte contaba con un buen arcén para evitar el tráfico. Paramos en el puente que salva el Guadiana y hago fotos de la abandonada vía ferrea llamada Ramal de Moura (apeadero y puente).
Continuamos hacia Beja con viento frontal y cuando llegamos a la capital del Baixo Alentejo subimos por sus adoquinadas calles hasta el Castillo, en cuyos alrededores había un mercadillo. Después vamos hacie el centro comercial y en una popular cafetería degustamos  algunos de sus afamados dulces.
Tras el avituallamiento volvemos a la lucha contra el viento. Al poco de dejar Beja encontramos el cartel de las ruinas romanas de Pissões, pero desistimos visitarlas cuando vemos que el trayecto es por tierra y si la distancia será poca o mucha. Durante muchos kilómetros la ruta se ciñe al esfuerzo contra el viento, hasta que me llega  un momento de crísis, física y mental,  levanto el pie, subo un piñón y pierdo rueda con mis compañeros, que siguen machacando inclementemente los pedales. Necesito poner un poco de pausa, aminorar la marcha, pedalear más lentamente. Creo que el cicloturismo debe acercarse a conceptos como devagar o al movimiento slow y dejar de lado su componente más deportivo.

Ligeros chubascos camino de Aljustrel, donde llegamos a la hora de comer y decidimos parar en el supermercado Intermarché, en cuyo bar almorzamos. 
La ruta continúa después hacia el S y el viento pasa a entrarnos d de costado. Cuando alcanzamos Castro Verde paramos a tomar un cafe y a la salida del pueblo visitamos el interesante Museo da Lucerna.
A media tarde llegamos por fin a Almodôvar, con la desagradable sorpresa que no había reserva en el hotel Serafim, en contra de lo esperado. Entonces la señora que atiende la recepción nos ofrece una alternativa, no se si con la intención de ayudarnos o por afán acaparador, y nos lleva hasta un apartamento sucio y destartalado, que no nos convencen. Buscamos otras alternativas de alojamiento y tenemos éxito con una pregunta que JT le hace una chica, sus indicaciones nos llevan a los apartamentos turísticos Camões, muy amplios y limpios, y allí nos quedamos.
La cena en O Forno no defraufó y enzalzamos el vino tinto alentejano (Monte das Servas) y las sabrosas pizzas (siciliana y hawaiana).

05 junio 2013

Rumbo a Serpa

Charla en Paymogo
A 2 km de la Rivera del Chanza
 Almuerzo en la churrasqueira "Nacer do Sol" (Santa Iria)

Igreja Parroquial de Santa Iria

Igreja de Santa Maria, oliveira e Torre do Relógio (Serpa)
Muralhas do Castelo, Serpa


Palacio dos Condes de Ficalho, Serpa
Muralhas e Aqueduto, Serpa
Aqueduto, Serpa
¡Há caracóis!, bar de la Sociedade Filarmónica de Serpa
Arcoiris sobre la Praça da Republica, Serpa
Bacalhau á bras, restaurante O Alentejano, Serpa
El viernes 17 de mayo iniciamos nuestro viaje cicloturista con una primera etapa que nos llevó desde Bellavista hasta Serpa, recorriendo 120 km, con 5:50 de tiempo en movimiento y 20,5 km/h de velocidad media. Los primeros cincuenta kilómetros fueron hasta Villanueva de los Castillejos y allí paramos a desayunar y descansar de rodar contra el viento del NW. 
Tras cruzar El Almendro las nubes de tormenta acabaron por descargar sobre nosotros y rodamos bajo la lluvia hasta dejar atrás Puebla de Guzmán, a partir de allí la lluvia fue cediendo, no así el viento, y cuando llegamos a Paymogo ya era mediodía y nos detuvimos a tomar algo. Ante la falta de algo más petitoso nos conformamos con unas coca-colas, unos cacahuetes y alguna barrita energética en el "bar de los viejos". Reiniciamos la marcha en dirección a la Rivera del Chanza y una vez cruzada nos enfrentamos a sucesivas subidas que vamos superando en nuestro camino hacia Serpa. La mañana se alarga y van disminuyendo las fuerzas, agotadas por las subidas y por el viento frontal. Es tarde y necesitamos encontrar pronto un lugar donde almorzar, porque vemos que no llegaremos con tiempo de hacerlo en Serpa. Al paso por Santa Iria encontramos el bar-churrasqueira "Nascer do Sol", allí aplacamos la sed y nos sirven con agrado una comida sencilla, nutritiva y muy económica.
Tras el almuerzo recorrimos los pocos kilómetros que quedaban hasta Serpa y buscamos Residencial Beatriz donde teníamos reserva de dos quartos. Después de descansar salimos a pasear por las calles desiertas de la ciudad y ver sus monumentos más significativos, acabando por entrar en la Sociedade Filarmónica, porque en su bar servían caracoles y mis compañeros gustan de comer estos gasterópdos guisados. A la salida, como llovía, nos entretenemos en jugar unos partidos de futbolín o matraquilhos y el quarto 102 (JA-JT) vapulea al 102 (JO-JM) por un contudente 6-1. Después, bajo las úlitmas luces del día y el fulgor del arcoiris, entramos en el restaurante "O Alentejano" para cenar y allí los camareros, seguidores del Benfica, nos permiten seguir en la tv la final de la Copa del Rey de fútbol entre el R. Madrid y el Atlético. Cuando salimos a la calle notamos que la rasca y aceleramos el paso para meternos en la cama, en busca del merecido descanso.


Margen izquierda de la Ría

Partimos de Bilbao en la grata companía de Noe y Julen, para recorrer la ruta propuesta por ellos, que nos iba a llevar a conocer algunos lugares destacados de la margen izquierda de la Ría, pero antes subimos hasta el Monte Artxanda, desde donde se tiene una buena panorámica de la ciudad.

Siguiendo el curso del Nervión, trazamos un recorrido por carretera que nos llevó a visitar las localidades de La Arboleda, Gallarta, Pobeña, Portugalete y Getxo.


Dimos un paseo por el antiguo poblado minero de La Arboleda. Las casas son únicas en Vizcaya y sólo se pueden encontrar en contados lugares de Cantabria y Asturias. El pueblo llegó a tener 24 bares, que ahora se han 'reducido' a 16, muchos de ellos restaurantes. 

Frontón en La Arboleda
Monumento al barrenero, en La Arboleda
Athletic Club de Bilbao

Llegamos hasta la mina de Bodovalle, en el pueblo de Gallarta, un gran corte geológico de 700 metros de longitud y 350 metros de anchura, que constituye el mayor yacimiento a cielo abierto de Vizcaya y el principal reclamo turístico de la localidad, lugar de nacimiento de Dolores Ibarruri
En su parte visible la mina tiene una profuncidad de 150 metros, En este lugar se encuentra el punto situado a menor altitud de todo el País Vasco (a cielo abierto), a 20 metros bajo el nivel del mar. 
Hacia 1900 se extraían seis millones de toneladas de mineral de hierro al año, el 10% de la producción mundial, y de allí se ha extraído mineral de hierro desde los romanos hasta su agotamiento a mediados del siglo XX.

El puente que comunica la localida de Pobeña con la playa de La Arena

Besugo (sic)
Lubina (sic)


Barrenero y Ferrón del Monumento a Victor Chavarri en Portugalete, símbolos de la Revolución Industrial, que a finales del s. XIX, vivió la Ría de Bilbao con un periodo de extraordinaria actividad económica vinculada a la explotación masisa de un rico filón de hierro de más de 25 km de longitud en las minas de Vizcaya.
Puente Vizcaya, que en 2013 se celebra su 120 aniversario, desde Portugalete
El popularmente llamado "Puente Colgante", se inauguró el 28 de Julio de 1893 y fue diseñado para enlazar Portugalete y Getxo, una orilla rocosa y escarpada y otra baja y arenosa. Construido enteramente en hierro, tiene un larguero de 160 metros de longitud que se apoya en dos torres de 61 metros de altura.  

El Puente Vizcaya es uno de los grandes monumentos de la Revolución Industrial y uno de los pocos supervivientes representativos de aquella era. Durante la segunda mitad del siglo XIX el hierro era considerado el más poderoso símbolo del progreso de la Historia.

En su parte superior se ha habilitado una pasarela peatonal, situada a 45 metros de altura, que constituye un extraordinario mirador hacia las dos márgenes de la Ría y el Cantábrico.

El transporte de pasajeros y vehículos se realiza por medio de la barquilla