22 noviembre 2018

Quitaté tu pa' ponerme yo


Fue después de que a la Cannondale F·29 se le quedara bloqueada la horquilla Lefty  cuando acudí a la tienda para que le hicieran el mantenimiento en el servicio técnico (el bianual de las 200 horas). Era porque el cartucho se había presurizado y tenían que purgarlo con máquina de vacío. Además de eso realizaron cambio aceite, retén, pistas y rodamientos y el mantenimiento del sistema neumático. La horquilla, dicen, queda como "nueva". Quince días después pasé a recogerla. El precio fue de 227 euros, transporte y montaje incluidos. 
Fue a partir de entonces cuando empecé a barajar que hacer con esa bicicleta. Tenía dos opciones, una continuar con ella, ahora que tenía una buena puesta a punto, lo que conllevaría más gastos a medio/largo plazo. La otra venderla antes de que se depreciara mucho. Opté por la segunda, ya que prefería simplificar y minimizar gastos.
La singularidad de la Lefty fue lo que me llevó hasta la Canonnondale y el coste de su mantenimiento sería el motivo para que esa bici dejara de estar en casa. La puse en venta y dos días antes de que cumpliera cuatro años conmigo, vino a casa una pareja, que por algo menos de la mitad de lo que me costó, se la llevaron para Clarines (Beas), justo como aparece en la foto de arriba.
Y me quedé con una sola bicicleta para todo, la GENESIS CROIX DE FER temporada 2015.


La Croix de Fer es una bicicleta con la que, en el mismo tiempo que la Cannondale, hice por su polivalencia el doble de kilometros, en rutas por carretera, rutas gravel, cicloturismo y hasta una Brevet 200. Es la bici para casi todo, salvo rutas MTB, donde por la limitación de anchura de sus cubiertas ruedo con dificultades en terrenos arenosos y/o con piedras y raíces.
Para ella cuento con dos juegos de ruedas: una para cicloturismo y rutas camperas (cubiertas tubeless de 700x40C, con una casete 11-36v) y otro  con cubiertas de 700x35C y casete 11-34v, más aptas para salidas vespertinas y de fin de semana.
Con el tiempo he ido perdiendo mi poco interés en competiciones y, también, después de 28 años de mountain bike por los pinares de la costa de Huelva (últimamente con caminos y senderos muy afectados por trabajos forestales) y desde que descubrimos el rollo gravel me he inclinado más por esa opción, igual que me ocurrió con la larga distancia tras participar en la Brevet Sudoeste 200. Para ese ciclismo la CDF es ideal y ni el manillar curvado ni los frenos son un problema.
Además, al carecer de sistemas hidráulicos, puedo ocuparme de casi todo su mantenimiento (cambio de cables y fundas de transmisión y frenos, cadena y casete).

¿Será factible montar unas ruedas de 650B o 27.5" con cubiertas más anchas, alrededor de dos pulgadas, para más comodidad y seguridad y seguir disfrutando de los senderos de los pinares cercanos a casa y también de alguna excursión por algún GR, digamos Rota Vicentina, Transandalus o Vía Algarviana? Ya veremos, hay que madurarlo.