20 octubre 2019

ANDÉVALO CON ANTONIO. UNO

La primera etapa, totalmente por asfalto, fue corta porque tan solo teníamos la tarde del viernes para pedalear y cubrir la distancia hasta Santa Bárbara de Casa.
Por la mañana Antonio me cuenta que tiene dolor en la parte alta de la pierna derecha y que no sabe si esto le afectará pedaleando. A las dos de la tarde hace una prueba con la bicicleta y decide que salimos, pero que sería mejor acortar la etapa, de modo que en vez de partir desde Villanueva de los Castillejos, lo haríamos desde Puebla de Guzmán, ahorrándonos así algunos km.
Para este cicloturismo-bikepacking-gravel por Huelva elegimos viajar ligeros y nuestro destino era Andévalo Aventura, cerca de Santa Bárbara de Casa, albergue elegido para comer y dormir.

Para Antonio era su vuelta al cicloturismo tras un largo paréntesis ya que su anterior viaje fue en mayo de 2018. En nuestros más recientes desayunos charlábamos de los pormenores, recorridos, equipamiento, etc. Él iba a estrenar su bolsa de manillar GEOSMINA a la que acompañaba con una bolsa de cuadro de la misma marca para transportar su mínimo equipaje.
Por mi parte, estrenaba la mochila Vaude Cluster 10+3L. Fue una compra que surgió tras el viaje de Semana Santa por el Alentejo, fijándome en la que llevaba Julen, siendo la mía de menor volumen que la suya, ya que mi intención es combinarla con las bolsas de bikepacking: Topeak Frontleader, Topeak Top Fuel Tank y KTM Tour KL.


Gravel Café en el Andévalo, carretera HU-5402
Este recorrido por el Andévalo Occidental, zona de tránsito entre la Sierra y la Campiña, nos llevaría a pasar por Cabezas Rubias, donde paramos a tomar el café de la tarde. Mientras ojeábamos la Plaza un tipo salde de un bar, se acerca a nosotros y nos dice, señalando con la manos:
-Ahí, bar.
-Allí, tienda.
Su cara denotaba alguna copa de más. Cuando le respondí -vale, gracias, ya lo vemos-, se percata de mi español, lo que le sorprende y hasta le enfada un poco porque su innecesaria indicación no la tuve muy en cuenta. Creería que eramos de otro país, aunque sus pistas las dijo como un piel roja sioux hablando castellano. Quizás debí contestarle sorry o pardon. Tras el sucedido entramos a tomar café en el Bar Plaza, que en el interior tenia un único cliente,con gorra y más de 80, tomando un café-bombón frente a una tele emitiendo vídeos de trap (¡) a volumen alto. Colgada en una pared camiseta del Athletic Club, equipo de fútbol del que volveremos a ver rastro. 
Cuando llegamos a Santa Bárbara buscamos la iglesia y después siguiendo la calle Rica salimos del pueblo por sus calles empedradas en busca del albergue, a donde llegamos ya cayendo la tarde. Hicimos esta etapa a ritmo moderado. Antonio en su modo cicloturista que es plato pequeño, sin forzar, y así le fue bien.
Iglesia de Ntra. Sra. de la Piedad (S. XVIII) Santa Bárbara de Casa

De lo que ofrece Andévalo aventura nos interesaba alojamiento y restaurante. Sus actividades no entraban en nuestro plan porque no había tiempo para más que el cicloturismo.
En nuestro destino: Andévalo Aventura


Tosta de queso de cabra, miel, jara, tomillo.
Cenamos en el restaurante El Baldío, dentro de Andévalo Aventura, donde tuvimos una agradable charla con Marga, una de las camareras, muy simpática y aficionada al ciclismo, poseedora de una btt de doble suspensión, aunque no recordaba su marca, hasta que dimos con ella: Lapierre. Nos preguntó si subiríamos hasta El Mustio. Le explicamos que aunque estaba previsto esta vez no lo haríamos, quedando pendiente.

La ruta en STRAVA