Pasamos unos días en Madrid, del 12 al 16 de diciembre, por varios motivos, ir al teatro, ver arte y estar con la familia madrileña.
En la taberna El Shotis, Cava Baja |
El día que llegamos (viajamos en tren) Ana y Laura (mi prima) fueron al teatro Lope de Vega para una función de EL REY LEÓN. Yo, que no había querido asistir al musical, fui a los Cines Renoir para ver la película POR DONDE PASA EL SILENCIO, que me no me gustó, quizás porque no me esperaba su temática de tensiones familiares.
Después tuve que esperar a que acabara el Rey León y paseé arriba y abajo por la Gran Vía, la principal arteria de Madrid —donde diariamente pasan de media unas 140.000 personas— ese gran escenario de tremendos contrastes, por un lado los sin techo las personas sin hogar que duermen sobre cartones, entre miles de viandantes, los destellos de los escaparates, los sonidos de los coches y de alguna sirena, los patinetes y muchas bicicletas -eléctricas o no- de los repartidores de comidas (Glovo, etc).
O ver como una guapa chica posaba para una amiga en un paso de peatones mientras el tráfico estaba detenido. Y la exclusiva recepción que se celebraba en el Espacio Fundación Telefónica.
Hoteles, hostales, oficinas, pisos turísticos, dominan esta calle donde se produce esa impactante mezcla de glamour y mendicidad.
A la puerta del teatro esperé a Ana y Laura. Ellas salieron encantadas e impresionadas de lo que habían visto y oído.
Al día siguiente caminamos hasta la Galería de las Colecciones Reales, allí lo primero que llama la atención es el edificio. Además de la colección permanente (Austrias y Borbones) se podía disfrutar de la exposición "Sorolla, cien años de modernidad"
Sorolla, La Giralda, Sevilla (febrero de 1908) |
Sorolla, Sierra Nevada desde el cementerio, Granada (1909) |
Sorolla, Tormenta sobre Peñalara Segovia (1906) |
Sala de los Grandes Tapices, en la planta 1 dedicada a los Austrias, con la armadura de Carlos V en la Batalla de Mülhberg, a la derecha. |
Tapiz flamenco. Hércules sostiene la esfera celeste (1525-1530) |
Retrato de Felipe II, de Antonio Moro |
Paisaje con San Cristóbal y el Niño Jesús, Joachin Patinir, hacia 1521 |
Vista del Palacio y jardines del Buen Retiro, Jusepe Leonardo, hacia 1637 |
detalle de El paso del Mar Rojo, 1617, de Antonio Tempesta |
Caballo blanco, Velázquez |
Indio que recoge la cochinilla con una colita de Venado (1777) |
TEATRO DE LA ABADÍA. Teníamos entradas para la obra EL MAESTRO JUAN MARTÍNEZ ESTABA ALLÍ, de Manuel Chaves Nogales, interpretada por Miguel Rellán en la Sala Juan de la Cruz, pero tuve una confusión con la hora de inicio y llegamos con la representación ya comenzada ¡Chasco!
En la otra sala del teatro, la José Luis Alonso estaba a punto de empezar otra obra ¿podríamos verla? La amable y gentil taquillera (de Murcia) nos hizo el enorme favor de canjear nuestras entradas por dos invitaciones, nada menos que en la parte central de la fila cuatro, para asistir al espectáculo titulado NATALIA una obra original de La Chana Teatro basada en Talpa, uno de los cuentos más reconocidos de Juan Rulfo. Bajo la dirección de Jaime Santos y a través de una fuerte presencia de Ana Luz de Andrés sobre el escenario, se narra una historia que tiene como columna vertebral la peregrinación de un enfermo al santuario de Talpa para que pueda ser curado por la virgen antes de que esta agote sus milagros.
Una propuesta escénica llena de poesía y emoción, sobre un relato doloroso y bello, que nos encantó.
No hay mal tan malo de que no resulte algo bueno (El Guzmán de Alfarache)
Museo Arqueológico Nacional (MAN), una vuelta rápida por sus plantas con paradas ante las Damas de Baza y de Elche. Un vistazo a la exposición de los Rostros del Turuñuelo, casualidad que allí estaba un joven arqueólogo que había participado en las excavaciones.
Más tarde recorrimos otra exposición temporal Entre Caos y Cosmos. Naturaleza en la Antigua Grecia de la que fotografié algunas piezas:
Para el domingo por la tarde teníamos entradas para el Teatro Bellas Artes, donde Carles Sans (Tricicle) presentaba ¡POR FIN SOLO! que nos tenía asegurado buenas risas y pasarlo bien.
Por la mañana en la Puerta del Sol |
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