25 septiembre 2015

303 km o dos días persiguiendo a tres ciclistas

Para el segundo día, domingo, teníamos la incertidumbre de cuanto nos pesarían los kilómetros del sábado. El recorrido de VUELTA fue Beja-Río Guadiana-Serpa-Río Chanza-Paymogo-Puebla de Guzmán-Villanueva Castillejos-Bellavista. 

Los datos del día: distancia 154,94 Km /Tiempo en movimiento 8.03/ Media 19,2 km/h/ Desnivel + acumulado de 980 m.

Comenzamos la ruta más tarde de lo que nos hubiera gustado, por el desayuno y porque para salir de Beja nos dejamos guiar por un pasiano que acabó llevándonos por casi toda la circunvalación de la ciudad.

En dirección a Serpa
Estrada a Serpa, con los olivares De Prado en los campos adyacentes
Puente del Guadiana de la via ferrea Ramal de Moura
AA luciendo nuevo maillot sobre el puente del Guadiana

Río Guadiana

El calor del domingo hizo que tuvieramos que beber mucho
Con JO sobre el Guadiana
Parada para revisar mi bici
Bar "Nacer do Sol" en Santa Iria, un lugar "mítico"

Rodando hacia Paymogo

JO encerando cadena en la parada de Paymogo
Y por fin AA conoció Paymogo, nombre que, según la leyenda, se debe a un chamán que existió en la Sierra Morena onubense, del que se contaba tenía tales poderes que su fama trascendió a toda la comarca. Sus dominios terminaron llamándose País del Mago

Embalse del Andévalo
Y llegaron casi muertos a Villanueva de los Castillejos

Vamos a reponer fuerzas en el Bar Andalucía

JO estuvo pletórico
Los cuatro amigos (con maillot rojo "el perseguidor") en la llegada a Bellavista
En esta segunda etapa tampoco pudimos hacer mucho turismo dado que teníamos por delante una larga distancia, lo que nos obligó a no entrar en Serpa y unicamente hicimos las paradas precisas para aviutallarnos de agua y comida, y otra obligada para resolver un problema que causaba en la rueda trasera de mi bicicleta una barra del portabultos. El tramo de Serpa a la frontera con España (Río Chanza) me pareció uno de los más bonitos de todo el viaje. De esos por los que merece la pena embarcarse en estas aventuras. En Santa Iria paramos en el bar que ya conocíamos de un viaje anterior, ¡que bien me supo su pudin de ovos!
En general, casi siempre rodé en cola del grupo, pero durante muchos kilómetros conté con la compañia de alguno de los otros tres, bien AA, bien JA o en el caso de JO, que detectó el problema del portabultos y me ayudó a solucionarlo, y por eso nunca me sentí descolgado, a pesar de que mi ritmo no llegaba al que ellos podía mantener.

Al final, sumando las dos jornadas, sobrepasamos los trescientos kilómetros (303) que significaron más de quince horas sobre la bici. Pero no fue ciclo-turismo, para nosotros bastaría con un máximo de 100 km/día, con menos pedales y más tiempo para el turismo, para la gastronomía, el descanso.

1 comentario:

Julen Iturbe-Ormaetxe dijo...

Parecéis de Bilbao, jajajajaja
¡Qué brutos! :-))))