18 octubre 2009

Sierra Morena, II (Llerena - Cazalla de la Sierra)






















2ª etapa: Llerena - Cazalla de la Sierra.
Km 74 /Tpo. 4:17 / Vel. Med. 17,2 / Vel. Máx. 52 /Desnivel 681.
Eran las 7:30 cuando bajamos a desayunar el pobre y escaso bufé y en la recepción del hotel nos cruzamos con los novios y algunos invitados que se iban a dormir. El recorrido del día, con una primera parte plana, en la que rodamos demasiado separados, nos llevó a pasar por Casas de la Reina, donde tomamos un desvío para ver las ruinas romanas de la villa romana de Regina, donde lo más interesante son los restos del teatro. Dejamos de lado Fuente del Arco, subimos el Puerto de Llerena, 1,5 km al 8%, antes de bajar a Guadalcanal, donde llegamos con 31 km en el bote y paramos en el primer bar que vemos a comer y beber (café y bocadillo de queso). Miramos el mapa y decidimos que llegados a Alanís seguiremos para San Nicolás del Puerto. La carretera sigue siendo favorable y ahora rodamos más agrupados. Entramos en el Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla y a partir de San Nicolás del Puerto vamos a disfrutar de los bosques del valle de la rivera del Huéznar, compañero de viaje durante algunos km, primero por la estrecha carretera y más adelante por la vía verde homónima, por la que atravesamos frescos parajes en compañía de otros ciclistas o caminantes que también la recorren en este cálido mediodía de domingo. Después de salimos a la carretera que llega desde Constantina y pasamos por la estación de FFCC de Cazalla-Constantina, a partir de donde se inicia la subida continua, de casi 8 km, hasta Cazalla de la Sierra, a donde llegamos cerca de las 15 h. y a parte del grupo se le hace la boca agua cuando ve al personal tapeando en las terrazas de los bares, pero me parece que primero es mejor buscar el hotel y asearnos y luego comer con tranquilidad. Y bien que fue un acierto, porque en el afamado restaurante del Hotel Posada del Moro nos sirvieron una comida inolvidable, de la que arriba tenéis muestra fotográfica. Destacaron las exquisitas las berenjenas con miel, el solomillo mozárabe con ciruelas y los platos de caza (perdiz, jabalí, venado), sin desmerecer el surtido de postres y el te y el licor de la sobremesa. Satisfechos nos retiramos a las habitaciones, nótese los efectos que las camas matrimoniales y los digestivos provocaron en los más libadores, para echar la siesta tras una etapa que acabó siendo mucho más suave de lo esperado, sobre todo por su poco desnivel.

Sierra Morena, I (Cumbres de Enmedio - Llerena)












1ª etapa: Cumbres de Enmedio - Llerena

Km 88,5 /Tpo. 5:13 /Vel. Med. 17 /Vel. Máx. 64 / Desnivel 1394.

El sábado 10 de octubre comenzaba un viaje cicloturista de cuatro días que había tramado a lo largo de semanas. Poco después de las onnce de la mañana el grupo de seis estaba preparado para iniciar la primera estapa que nos llevaría desde Cumbres de Enmedio, el municipio menos poblado de la provincia de Huelva, sólo 50 habitantes, hasta el municipio pacense de Llerena, con casi seis mil almas, el más habitado de todos por los que pasaremos, y que acabará siendo la más larga y dura de todo el viaje. La ruta es de W a E y nos lleva hacia Cumbres Mayores y entrar después en la provincia de Badajoz, subir Sierra Madrona, pasar por Fuentes de León, Segura de León, (parada para descansar y comer), Cabeza la Vaca, Calera de León, en una sucesión de valles en los que hay que superar varias subidas del 8%, la más dura del río Ardila a Calera, casi tres km bajo un sol brillante y castigador. Cruzamos el embalse de Tentudía y subimos más cuestas para llegar hambrientos y cansados a Monesterio. Allí JO nos lleva al bar-restaurante "El Rinconcillo", donde haremos una buena comida, pero quizás demasiado pesada para continuar pedaleando. Son las horas de más calor de la tarde y cuando empezamos la primera subida larga por la carretera hacia Pallares la cadena de la bici de MD se rompe. Rápidamente "la unidad de asistencia técnica" solventa el problema y continuamos la marcha, aunque paramos de nuevo al paso por Pallares para sincronizar bien el cambio trasero, ya que la diferente longitud de la cadena había alterado su funcionamiento. En la parte final quedaba lo más duro del día, la larga subida desde el río Viar hasta Llerena, casi 5 km que ponen a prueba nuestra resistencia física y psicológica. Cuando llegamos al Hotel Isur la tarde está cayendo y estamos secos y exhaustos. En la recepción nos dicen que esta noche tienen convite de boda en el patio y les pido que nos den las habitaciones alejadas del bullicio. Necesitamos un buen descanso.

29 septiembre 2009

Bicis en Italia

Dos fotografías de las calles de Ostuni

Dos fotografías de las calles de Palermo
Una calle de Palermo con subtítulo ciclista

En Punta Raisi, aeropuerto de Palermo, estaba expuesta esta replica de la bicicleta Montate, modelo Kalos, en homenaje a Andrea Camilleri.
Durante el desembarco de los estadounidenses en la costa sur, Camilleri y su madre se refugiaron en Serradifalco para huir del bombardeo de Porto Empedocle. Terminados esos terribles días fue necesario ir a descubrir lo que había sucedido a su padre, del que no tenían noticias. La distancia entre ambas localidades es de cincuenta kilómetros pero en aquellos años de guerra era como cruzar un continente. Y una bici similar a la de la fotografía le permitió encontrar a su padre y después regresar para decirle a su madre que estaba vivo.

28 septiembre 2009

Lluvia otoñal


Después de un verano muy seco y caluroso llegaron las primeras lluvias otoñales y nosotros tuvimos la puntería de escoger el sábado para salir a montar por los pinares y padecer los rigores de la mezcla de agua y arena en nuestras bicis. La que peor escapó fue, otra vez, la de Javier con rotura de radio y problemas en el cambio trasero, pero lo pudimos solventar medianamente para continuar juntos y no fue obstáculo para que él continuara mostrando sus buenas piernas en un las cuestas técnicamente difíciles.

Mi bici no escapó de los problemas mecánicos y en la segunda mitad de la ruta estaba casi sin frenos. A pesar de esas dificultades disfrutamos de la salida, destripando charcos, rodando por caminos y sendas, y aunque la lluvia no fue nunca intensa si tuvo continuidad y hasta se presentó la ocasión de fotografiar con el BlackBerry a los weekend warriors sucios y embarrados. (56,5 Km / Tpo. 3:45)

30 agosto 2009

sábado 29 de agosto

Nos juntamos un grupo de siete, todos con bicis de doble suspensión (4 Specialized, 1 Ghost, 1 Lapierre y 1 Trek) para hacer un recorrido largo y acercarnos a los cien kilómetros.
Salimos poco después de las ocho de la mañana y pusimos dirección a Villanueva de los Castillejos. Cuando habíamos alcanzado el camino de Cartaya a Villanueva, la bici de JavierO tiene una avería seria al iniciar una subida, la jaula del desviador trasero se rompe y se engancha en los radios, quedando casi inservible. Para que pudiera volver a casa acortamos la cadena y colocamos un único desarrollo.
Los demás continuamos hacía el destino prefijado. Dejamos atrás el Cabezo de Miramundo y después de cruzar la Ribera del Muleto JAndrés pone un ritmo fuerte en el tramo de subida, al que respondemos Pedro y yo, por detrás se van quedando JoseA, ManoloD y Antonio. Nos reagrupamos antes de llegar a la fábrica de Don Simón y en Villanueva vamos al Bar Andalucía para desayunar a gusto.
En la vuelta hacemos un recorrido diferente después de cruzar la carretera del Embalse del Piedras, con más caminos y también más arena. El calor aprieta a esas horas y paramos en el Bar Pepe, en la carretera Cartaya-Tariquejos, donde bebemos cervezas y repostamos agua. Después a Cartaya y luego al camino de La Vasca, donde JAndrés y Antonio se desvían hacia El Portil. En la última hora los kilómetros acumulados empiezan a hacer mella en JoseA y ManoloD, pero Pedro no parece cansado y yo estaba contento de terminar bien una ruta tan larga.
94 Km. / Tiempo 4:45 / 20 km/h

16 agosto 2009

Tragando polvo











Era nuestra primera participación en una ruta nocturna organizada, casi un centenar de ciclistas, por terrenos desconocidos, y aunque la hicimos sin mayores problemas, al acabarla comentamos que como experiencia no estuvo mal pero que no la repetiríamos. El hecho de que circular dentro de un grupo muy numeroso dificultaba mucho la visibilidad por la gran cantidad de polvo que literalmente se va tragando, más en esta época veraniega cuando los caminos están muy secos y polvorientos y la gran jauría ciclista levantaba nubes a su paso. Hice algunas fotos en marcha y creo que ilustran bien esto que cuento.
Algunos tipos no demostraban mucha cabeza circulando con demasiada velocidad o con total desprecio del riesgo, en unas circunstancias en las que se pierden muchas referencias y en las que casi sólo te guias por quien te precede y siempre confiado en que el camino esté bien.
Creo también que los organizadores, que seguro pusieron mucho empeño para que todo discurriera lo mejor posible, dejaron de lado algunos aspectos fundamentales, como una charla informativa antes de la salida, donde explicar la ruta y las normas de comportamiento, y un buen reparto de guias entre el pelotón (cabeza, centro y cola) siempre conveniente, pero más en una ruta nocturna, sin olvidar el peligro que supuso cruzar alguna de carretera sin tener el apoyo de agentes de seguridad.
Al acabar convenimos que como mejor podemos disfrutar de un ruta nocturna es con un pequeño grupo de colegas rodando tranquilamente, de un modo menos estresante que con tanta gente, por los caminos habituales de entrenamiento, que nos permite descubrir otros matices y nuevas sensaci0nes.
60,8 Km / 4 horas / 15,5 vel. media

03 agosto 2009

La soledad de los números primos


La soledad de los números primos. Paolo Giordano.

Traducción de Juan Manuel Salmerón Arjona. Salamandra, 2009. 281 pags.


"Los números primos sólo son exactamente divisibles por 1 y por sí mismos. Ocupan su sitio en la infinita serie de los números naturales y están, como todos los demás, emparedados entre otros dos números, aunque ellos más separados entre sí. Son números solitarios, sospechosos,..." (pag. 123)

Para el autor, Paolo Giordano (Turín, 1982) licenciado en Física Teórica, es una novela sobre las matemáticas del amor y una exploración de las dificultades en las relaciones humanas. El libro ha sido su brillante estreno literario y con él ha alcanzado notoriedad y ventas no sólo en Italia.

El libro cuenta la historia de Alice y Mattia, dos seres solitarios que son marcados en su infancia por dos terribles sucesos que determinarán dos existencias golpeadas por el infortunio. A lo largo de la narración vamos conociendo su infancia, su adolescencia y su vida adulta y como a lo largo del tiempo sus biografías se van construyendo desde la diferencia y la marginalidad. Conoceremos sus difíciles relaciones paterno filiales, los crueles y terribles episodios del colegio, la amistad, el despertar amoroso y como sus insuperables traumas (físico o psíquico) acaban siendo un castigo sobre su propio cuerpo (anorexia y autolesiones). Escindidos del resto, ambos transitan por el mundo como números primos, "también ellos querían ser como los demás, números normales y corrientes, y que por alguna razón no podían." " Mattia pensaba que él y Alice eran eso, dos primos gemelos solos y perdidos, próximos pero nunca juntos."

19 julio 2009

lecturas recientes

Estas fueron mis últimas lecturas, de libros que no compré y que me llegaron por recomendación de amigos o familiares. Gracias.

Los puentes de Madison County
Me había gustado mucho la película que en 1995 realizó Clint Eastwood basada en esta novela, y que contó con con Meryl Streep y el mismo como protagonistas principales. Así que abrí el libro con especial interés y cuando lo acabé sentí que me había gustado tanto como la película.

Los puentes de Madison County narra la historia de Francesa, una mujer de origen italiano, que vive en una granja del Condado de Madison, Iowa, y de Robert Kincaid, fotógrafo de National Geographic que está recorriendo la zona para realizar un reportaje fotográfico sobre los puentes cubiertos de la zona. La novela aunque se presenta como una historia real es en realidad una ficción. El autor ha declarado que hay grandes similitudes entre el personaje y él mismo. La novela es uno de los libros de más éxito del siglo XX, con 50 millones de copias vendidas en todo el mundo y fue la primera novela publicada de Robert James Waller, novelista estadounidense nacido en Rockford, Iowa, en 1939, también conocido por sus facetas de fotógrafo y músico.

El hijo del acordeonista (2003) Bernardo Atxaga (Asteazu, Guipúzcoa, 1951)
"...una historia de amistades, afectos y traiciones, de amor y de muerte".
Publicada por Alfaguara, la versión en castellano de la novela, traducida por el propio Atxaga y por su mujer, Asun Garikano, estuvo precedida del gran éxito que tuvo en euskera, mereciendo el Premio de la Crítica en lengua vasca (concedido por la Asociación Española de Críticos Literarios) y el Euskadi de novela, y ha sido también seleccionada para el Premio Nacional de Narrativa.

La novela refleja el tránsito de un mundo antiguo a uno moderno, "igual de cruel o más que el primero", un mundo que comenzó en el siglo XIX y que se está disolviendo. Todo ello envuelto en el tono "melancólico, elegíaco y tranquilo" que ha escogido el escritor para contar una historia que retrata la posguerra y el final del franquismo, y que a veces retrocede hasta la República y la guerra civil.
Protagonizada por David, el hijo del acordeonista, y por su amigo Joseba, la novela refleja las andanzas de unos personajes "rescatados de sus propios infiernos" y transcurre en escenarios tan distantes como Obaba y el rancho Stoneham, en Three Rivers, California, en el que David encontró la paz tras sus años como activista de ETA y donde murió en 1999.
David deja como testamento un libro en euskera con su vida. Su amigo Joseba decide reescribirlo y así surge 'El hijo del acordeonista'.
Bernardo Atxaga rinde homenaje en esta novela a la lengua vasca y convierte "la relación de los personajes con la lengua, con las palabras, en un tema más del libro". Muestra también cierta preocupación por el futuro que le pueda esperar al idioma que aprendió de niño, aunque no sólo a él porque "cuando uno coge el diccionario de María Moliner, ve que de cada veinte palabras hay ocho como mínimo que ya no se utilizan".

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Cuando acabé esta extensa novela, empecé un libro pequeño La dama de la furgoneta (2009) de Alan Bennet. La obra recoge una serie de artículos que Bennett publicó en 1989 en el London Review of Books, tras la muerte de Miss Shepherd, con el agregado de una posdata para la publicación en formato libro en donde cuenta el encuentro con el hermano de la anciana y la búsqueda de algunos datos biográficos más clarificantes.

Al principio no disfruté con su lectura y tuve intención de abandonarla, quizás porque la traducción no captaba bien el tono de los monólogos de Miss Sheperd, una anciana vagabunda que vivió durante quince años en su desvencijada furgoneta, aparcada en el pequeño jardin de la casa de Bennett, y porque tampoco captaba el peculiar sentido del humos del autor, pero finalmente no desistí y hacia el final del libro comprendí que había merecido la pena, porque como dice Rosa Montero en su articulo El excéntrico prudente y la dama harapienta ".....al mismo tiempo, con un respeto y un amor infinitos, con verdadera compasión, es decir, con una gloriosa capacidad para sentir empatía con ella, el escritor consigue hacer un retrato noble y atractivo de Miss Shepherd. Consigue celebrar la dignidad absoluta y esencial de una vida aparentemente indigna".

Y entre medias continué disfrutando con la lectura de la narrativa del gran maestro de Vigàta, en dos libros muy distintos, un nuevo caso de la serie de novelas protagonizadas por el comisario Montalbano La excursión a Tindari (2000) y otro especial por su lenguaje La concesión del teléfono (1999).
Una novela donde Camilleri hace gala de su maestría estilística alternando varios registros: el lenguaje burocrático de las cartas entre distintas autoridades, el siciliano informal, cálido y chistoso de las cartas entre amigos y el lenguaje coloquial chispeante de los diálogos para darnos una visión cómica, realista y amarga de la sociedad siciliana.

La historia se desarrolla en el imaginario pueblo siciliano de Vigàta en el año 1891. La solicitud de una línea telefónica, en esa época una auténtica novedad, por parte de Filippo “Pippo” Genuardi desencadenará una serie peripecias burocráticas, malentendidos y maniobras. El sinfín de trámites burocráticos, problemas y enredos a los que tiene que enfrentarse Pippo para lograr un teléfono es cómico, pero tiene también un significado más profundo. El autor proporciona un retrato de la sociedad siciliana de los primeros años de la unidad de Italia a través de chispeantes diálogos entre los diversos personajes, de las cartas entre los amigos de Pippo y los pomposos y altisonantes informes y documentos burocráticos.