
Hace treinta años que
David Byrne se mueve por Nueva York en su bicicleta y cuando viaja por el mundo para dar un concierto, grabar un disco o montar una instalación, añade a su equipaje una bicicleta plegable. Sus
Diarios de bicicleta son postales urbanas llenas de color y música. Notas sueltas sobre barrios, edificios, galerías, bares, calles, monumentos, prostíbulos, puentes, casas, parques, además de bocetos ágiles de los habitantes de esos lugares.
Con estos viajes nació la vista panorámica de la vida urbana, una manera mágica de abrir los ojos a los ritmos y secretos de las ciudades. Apuntes sobre el arte y la música, estampas que dibujan un alegato a favor de la ciudad. Byrne sabe bien que el cemento, el vidrio y la piedra, para invocar una canción suya, nos esculpen. Las calles, los barrios, los árboles en las aceras, las glorietas nos dan forma. Observar una ciudad, involucrarse en ella es uno de los grandes gozos de la vida y en estos textos plasma su visión de una serie de ciudades vividas al particular ritmo y escala de la bicicleta.
En lugares como Buenos Aires, Estambul, San Francisco y Londres, el foco se dirige más hacia el gremio de músicos y artistas. En la capital argentina nos cuenta sus conexiones musicales con
León Gieco y
Mercedes Sosa. En Berlín o Manila reflexiona acerca de cuestiones políticas. A lo largo del camino, David Byrne reflexiona sobre muchas cuestiones; la globalización, la moda, la arquitectura, la soledad, y los cambios radicales que están sufriendo algunas ciudades. Muchas de las cuales se le ocurrían mientras viajaba, a menudo en bicicleta, por alguna de esas ciudades.
Alejado de las guías turísiticas convecionales,
el autor nos descubre en estos diarios la cara B de esas ciudades pedaleando en su bicicleta, lo que le ha permitido sacar a la luz un conjunto de observaciones treméndamente lúcidas sobre la vida urbana, todo narrado con agudeza y un gran sentido del humor.
Las dos mayores formas de autoengaño son creer que la vida tiene un "sentido" y que todos somos únicos.
"... si el carril bici no es seguro para un niño de ocho años no es en realidad un carril bici."
También nos relata su participación en el paseo ciclista Five Boro Bike Tour, que se se celebra en Nueva York todos los años el primer domingo de Mayo y es el mayor evento de ciclismo recreativo de Estados Unidos con más de 30 mil participantes.
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Diseños de anclajes de David Byrne para puntos de anclaje de bicicletas en Nueva York |
Para finalizar la entrada os dejo un
video de una actuación de David Byrne en la BBC.