01 mayo 2019

Etapa 7. Estremoz-Alter do Chão


El desayuno lo hicimos en el apartamento
Tras un reparador descanso y el completo desayuno, recogemos y bajamos a la calle ataviados para la lluvia que nos esperaba. Dejamos atrás la ciudad del mármol y siguiendo el track de la Via Nascente empezamos a recorrer los caminos, pasando por S. Bento do Cortiço y después en los alrededores de Santo Amaro y hasta Fronteira rodamos por carretera, donde llegamos empapados. Allí nos refugiamos en un bar de la Avda. Herois dos Atoleiros, donde nos alcanzó Julen, mientras dábamos cuenta de un necesario avituallamiento.
Al salir continuaba la lluvia y la ruta seguía por el campo hasta el siguiente pueblo, Cabeço de Vide, donde subimos al Castelo. 
Esta etapa sería donde sufriríamos más en los caminos embarrados. Especialmente un tramo donde las bicicletas se atoraban por el barro debido a la tierra reblandecida por maquinas forestales y por el agua.
Más adelante otro hasta Alter Pedroso, con la ruta muy difusa y con bastantes charcos, además atravesábamos pastos de ganado vacuno con muchas boñigas y terreno pedregoso, lo que dificultaba nuestra marcha. Mejoró al acercarnos a la aldea y desde el dolmen de Tapadôes fuimos más rápidos, aunque casi al final nos esperaba una gran cancela cerrada y no quedó otro opción que saltarla con dificultad. Ya al otro lado, Alberto le soltó una patada y el candado se rompió (sic). Estábamos cansados de tanto vallado y era demasiado que un tramo calificado como Camino de Santiago también estuviera cerrado.

El recibimiento en el hotel Convento de D'Alter fue bueno ya que un empleado nos indicó poder limpiar nuestras ensuciadas bicis y guardaras. Nos comentó que quieren hacer unas reformas para que el hotel sea establecimento bikefriendly dado que el Caminho pasa por la localidad.

Continuaban las flechas amarillas


Alberto y Julen (el Team Blue) en Cabeço de Vide

Al mal tiempo buena cara (Mindfulness)

En Cabeço de Vide

Cuando el camino el barro pegajoso cortó nuestra marcha


 



Anta (dolmen) dos Tapadôes

Hotel Convento D'Alter


Caballo Lusitano

Etapa 6. Évora-Estremoz

Una densa niebla nos acompañó en la salida de Évora y durante los primeros kilómetros. Para esta etapa habíamos cambiado de tracks y seguiríamos tres tramos de la Via Portugal Nascente del Caminho de Santiago hasta Estremoz.
TP6 en rotonda de Évora

névoa





Además de seguir a Alberto ahora tenía otra referencia en el camino, las flechas amarillas. Cuando el camino se acercó al Río Degebe fue realmente bonito y cruzarlo no fue complicado ya que su corriente era baja y calma. Más adelante llegamos a la aldea de Nossa Sra. de Machede, donde tomamos el té más barato de toda la semana (dos=1,60€), En el siguiente tramo, antes de S. Miguel de Machede, Alberto tuvo una pequeña caída cuando la bici resbaló por el piso rocoso y húmedo y sufrió daños en dedos de la mano izquierda, que él consideraba como sus "marcas de viajero".

Ribeira do Degebe

una de las flechas amarillas del Camino


Ribeira do Degebe


Igreja de Nossa Sra. de Machede




En general el camino estaba bien marcado
Yo me caería también. Durante los días previos había usado la cámara deportiva SJCAM con la mano derecha mientras pedaleaba, pero esa mañana me dí un buen costalazo, creo que en ello influyó mucho que el camino estuviera húmedo. Caí sobre la cuneta, golpeándome en el lado izquierdo, un poco en la cabeza pero sobre todo en el costado, donde tuve contusión y distensión muscular (diagnosticados cuando estaba de regreso en Huelva). Emprendí la marcha y después hice un llamada al coche de apoyo y, antes de llegar a Azaruja, Julen había llegado para darme el ibuprofeno que le había solicitado.

camino donde ocurrió mi caída
disparo de la cámara en la caída



camino cubierto de hierbas


camino arado en la dehesa donde, por fin, vimos porcos pretos, después de tanto ganado vacuno

lluvia inundando los caminos


Cuando nos reunimos en Evoramonte ya nos había caído encima unos buenos chaparrones y nos apetecía tomar algo caliente. Esta vez cambiamos la típica tosta mista por sopa de verduras y tortillas (enormes, de varios huevos cada una) en el café-restaurante O Emigrante, los dos platos ricos, pero como el sitio estaba lleno y los portugueses son calmados y tranquilos, estuvimos allí casi dos horas, donde coincidimos con un chico que hacia cicloturismo por carretera, de Évora se dirigía a Estremoz, Portalegre y luego hasta Cáceres.



El recorrido de esta etapa me pareció, a pesar de caídas y chaparrones, el más bonito y el mejor para cicloturismo de montaña de todo el viaje alentejano. Se hace en su mayor parte por caminos, a veces poco hollados, con porteras, en general, fáciles de abrir y cerrar, por un paisaje rural rico y variado, amen del paso por aldeas y pueblos interesantes.


Antes de subir hasta el castelo y ya en las calles de Estremoz, observé que una mujer baldeaba la acera con una manguera. Fui hacia ella y le pregunté si podíamos usarla para limpiar las bicis. Sin dudarlo me pasó la manguera y pronto habíamos desprendido el barro, que se diluía entre las piedras de mármol de la acera.

Capela do Senhor Jesus dos Inocentes, Estremoz
Pousada Castelo de Estremoz
Aquí nos encontramos con Julen que no comentó nada del alojamiento elegido, porque quería sorprendernos y bien que lo consiguió. Situado en el piso superior del edificio donde se encuentra el Posto de Turismo-Casa de Estremoz (Julen subió mi bicicleta por la larga escalera de mármol) el apartamento SENTIDO FIGURADO fue un lujo para nosotros. Tiene cuatro habitaciones, amplio cuarto de baño y aseo, salón, comedor y cocina, dotada de lavadora y secador de ropa eléctrico, de los que hicimos adecuado uso tras la jornada de lluvia y barro.

 cuarto en Sentido Figurado
comedor

esquina del salón

detalle del baño

Dibujé en el cuaderno de Sentido Figurado un recuerdo de nuestro paso
La carta del restaurante Venda Azul tiene una columna específica de medias doces (medias raciones) y con dos de esas (polvo y porco) cenamos los tres. Téngalo en cuenta, la restauración portuguesa tradicional sirve platos muy abundantes.

La ruta en GARMIN

29 abril 2019

Etapa 4. Moura-Beja



La jornada la comenzamos por el asfalto de la N-255 siguiendo el track, interrumpido más adelante por la Albuferia de Pias. Desde Pias el track seguía por una antigua vía férrea abandonada, después por pistas y carreteras secundarias rodamos entre olivares de regadío a una lado, viejos, al otro. Lo seguiamos bien hasta que decidimos dejarlo y buscar Serpa en dirección Sur, sin suponer que eso nos llevaría a dar un rodeo y descubrir la Albufeira de Serpa, que es la Ribeira do Enxoé embalsada, y sorprendernos con la agitación de sus aguas, debido a la presencia de multitud de barbos que en una escasa lámina de agua aleteaban compitiendo por el alimento muy próximos a la orilla. Ni Alberto ni yo supimos captar una imagen buena de ese momentazo.





En Serpa nos encontramos con Julen, que había tenido segunda sesión de fisioterapia y que parecía contrariado porque su rodilla no mejoraba.



SERPA



Una vez cruzado el puente sobre Guadiana, seguimos primero por pista y luego por carretera para pasar por Quintos. En Salvada nos tomamos dos aguas Castelo, la de Moura.



Puentes sobre el Guadiana

Algunos de los miles, centenares, millones (?) de olivos que vimos por el Alentejo


carretera hacia Quintos


El tramo por carretera entre Salvada y Beja fue probablemente el menos agradable de todo nuestro viaje, porque es muy recta, con escaso arcén y tráfico rápido. Para entrar en Beja tiré de memoria de viajes anteriores y llegamos hasta la Confetaria Bejense Luiz da Rocha, donde nos encontramos con Julen, que continuaba su encomiable labor de "coche de apoyo" y nos  acompañó al lugar de alojamiento.



Por la tarde paseamos por el casco histórico, hacia el Castillo (ya cerrado) y la Catedral (con misa). Después buscamos un restaurante que habíamos visto en Google, pero no existía (¡) y entonces un transeunte, con aspecto de contable o registrador de la propiedad (sic) nos preguntó que buscábamos. Amablemente nos recomendó un par de restaurantes cercanos. Como aún era pronto, tomamos algo en un bar de la Praça da Republica, de cuyo minúsculo altavoz brotó el momento musical del viaje al sonar OMEGA -Morente-Lagartija Nick, que dió a paso a un nostálgico repaso de la trayectoria del malogrado cantaor, del flamenco y por ende de otros precedentes musicales del nuevo flamenco.
Finalmente cenamos bien en uno de los recomendados, la Adega 25 de abril, un sitio típico y bastante popular.
 
Maillot de Gravel Café en Beja

La ruta en GARMIN