23 junio 2019

Pilares mudéjares de Cartaya

Rodando por los caminos de Cartaya me encontré con el Pilar de la Dehesa que hasta ese momento  era desconocido para mí.

Se trata de una bonita e interesante infraestructura hidráulica de época mudéjar (S. XV-XVI) y en la que, hace pocos años, el Ayuntamiento de Cartaya realizó labores de  restauración y puesta en valor,  recuperando así su relevancia histórica y patrimonial.




Interior del segundo edículo



Encontrar el otro pilar que se conserva de aquella época me fue más difícil, pero tras varios intentos conseguí localizarlo durante una salida vespertina. A diferencia del anterior, a este de Mogaya parece que no le llegó la restauración ya que su aspecto actual es de abandono. Aunque su estructura se mantiene en pie, está seca y rodeada de maleza y, además, su emplazamiento se encuentra bastante aislado entre fincas de frutales cerradas con cancelas y altas vallas.

Pilar de Mogaya


Los pilares mudéjares de La Dehesa y Mogaya, son un antecedente de los actuales regadíos de Cartaya.
Cinco siglos después, el aprovechamiento del agua ha cambiado radicalmente. De estas pequeñas obras destinadas al consumo humano y de animales, hemos pasado al desarrollo de mayores infraestructuras hidráulicas, como pozos (demasiados ilegales), balsas, embalses, canales, etc. con las que llevar agua de riego a extensos cultivos, sobre todo frutales, que han transformado tierras de secano en zonas de regadío.
La mecanización de la agricultura ha supuesto mayor productividad y mejores resultados económicos, pero también ha sido la causa de un mayor impacto ambiental, además de una profunda reforma del campo y de la propia sociedad rural.

Actuales canalizaciones en terrenos agrícolas
En muchos lugares se ha primado la producción agrícola sin tener en cuenta el desgaste y la disminución de la calidad del agua y del suelo que se sobre utiliza, sin dar opción a su recuperación. Esto supone la sobre explotación de los recursos, agua y tierra, que podría subsanarse si se invirtiera más en agricultura resiliente.

05 junio 2019

EL RETORNO - DULCE MARIA CARDOSO

Un artículo de Elvira Lindo me puso sobre la pista de esta novela de Dulce Maria Cardoso. Después mi hermana supo que me interesaba porque Ana se lo comentó y me hizo un regalo sorpresa. Cómo veis es un libro que llegó a mis manos gracias a varias mujeres.




El Retorno

243 pags. Editorial LA UMBRÍA Y LA SOLANA 

Traducción de Jerónimo Pizarro

Leer El retorno es oír a Rui, un adolescente que no para de contar, que casi ni respira, que narra el drama de su familia al partir de Angola, días antes de que este país dejara de ser colonia portuguesa y obtuviera su independencia, en 1975. Ese dolor de abandonar la vida, de repatriarse y volver a una metrópoli que solo conoce por historias y fotos, se convierte en una novela llena de memorias recreadas a partir de los más mínimos detalles. La voz de Rui, que se sostiene de principio a fin, que a pesar del momento que vive nunca deja de ser un adolescente con sus preguntas y ansiedades, podría ser también la voz de tantos exiliados, de tantos desplazados, de todos aquellos que, por desgracia, han tenido que dejar su tierra para empezar de nuevo. (Nota de la solapa).

La novela se desarrolla en dos escenarios distintos, primero Luanda, en una Ángola marcada por los convulsos tiempos previos a la independencia del país africano y una segunda parte desarrollada en la metrópoli, el Portugal continental, a donde llegaron más de 400.000 personas (os retornados) que retornaban o huían de la antigua colonia portuguesa. A mediados de 1975 Portugal era un país convulso, desgarrado por sacudidas políticas que a punto estuvieron de llevarlo a la guerra civil en los meses posteriores a la Revolución de los Claveles. Aquellos retornados que fueron alojados en hoteles de lujo de Estoril y que no fueron bien recibidos por los habitantes de la metrópoli.

La historia está siempre contada por la personal voz de Rui, un chico que relata sus años de niñez y adolescencia, a través de pensamientos, sentimientos, anhelos, miedos, silencios y vivencias; hablándonos de él mismo y de otros potentes personajes que pueblan la novela, como su padre, su madre, su hermana, sus amigos y vecinos.
Es literatura donde una oralidad muy acusada, con pocos signos de puntuación, que se manifiesta como un flujo de la memoria Un caudal de dolor y pérdida atraviesa las páginas de esta novela y nos lleva a entender como la historia personal está indefectiblemente marcada por los acontecimientos históricos. Una lectura que contribuirá, sin duda, a conocer mejor Portugal y a sus gentes.

Las cosas que se mueren
no se deben tocar.
Es la elocuente cita de Dulce María Loinaz con la que se cierra el libro.

Contenedores con enseres de "Os Retornados" apilados en el muelle de Alcantara (Lisboa)

Os copio también enlaces a artículos sobre el libro y su autora.

EL PAIS  / ABC, de la  Feria del Libro de Sevilla 2019 donde la autora mantuvo un encuentro con los lectores. / Diario de Sevilla.


28 mayo 2019

Ribeiras del Guadiana y VDP

Con la idea de realizar una ruta que tuviera un desnivel positivo notable me traslado a Odeleite acompañado del amigo José Andrés, que aceptó mi invitación y puso su Audi Quattro para el viaje.  Es uno de los seguidores de este blog con quién más rutas he compartido.
Comenzamos el recorrido por el camino de tierra que va desde Odeleite a Tenencia, en la última rampa para llegar a la aldea marcaré las pulsaciones más altas del día; después seguimos por tierra, hasta conectar con la EN-122, rápida bajada hasta el bonito puente que salva la Ribeira da Foupana y luego largo ascenso hacia Balurcos, que hacemos cómodamente entre entretenida charla.
El rodar por esa carretera es un verdadero placer por la ausencia de vehículos, prácticamente ninguno en casí veinte kilómetros y porque aún conserva el asfalto en buenas condiciones.

Vista de la Ribeira da Foupana

Comienzo del ascenso desde la Ribª da Foupana hacia Balurcos, por la muy solitaria EN-122
Carretera a Corte Tabelião, poco antes de llegar a la aldea seguimos los indicadores de la Vía Algarviana hacia Afonso Vicente. Ese tramo atraviesa algunos barrancos, ya secos, y tuvo un par de repechos duros, que Jsoé Andrés hizo sin dificultad y donde yo puse pie a tierra, por lo inclinado y por lo rocoso.

Un tramo pedregoso del Sector 1 de la Via Algarviana. 
Después hicimos un recorte para salir directamente a la M-507, pasar por Cortes Pereiras y bajar hasta Alcoutim, donde paramos a beber y comer. La temperatura ya estaba por encima de treinta grados.
La M-507 y el Guadiana (Sanlucar y el Castillo de San Marcos, en el horizonte). Una vía paisajística de primer orden. Rodamos por ella casi 20 km hacia el Sur con el río a nuestra izquierda, con un fresco viento contrario.

A José Andrés le va gustando cada vez más esto del gravel y parecía más adaptado a su Merida

Subida al Pontal








Moinho das Pernadas


 Caserío de Odeleite y a la derecha la subida del 13-14%, última dificultad del día

Avituallamiento final
Acabaría siendo una ruta circular en dirección N-S, cruzando las Ribeiras de Odeleite, de Foupana, dos Cadavais, afluentes del margen derecho del sistema fluvial del Guadiana, en la que también se rueda muy cerca del mismo río, circulando por la carretera M-507, de Alcoutim hasta pasar Foz de Odeleite, donde nos desviamos para continuar por el camino que sube por el margen de la Riberia de Odeleite hasta alcanzar la localidad de partida.

Ruta más de 63 km, con un desnivel positivo superior a 1.000 m, que hicimos en casi cuatro horas en movimiento. Quizás podría ser una opción para la tercera edición de la ruta anual de Gravel Café.

Jornada coincidente con la victoria de Mathieu Van del Poel, el fuera de serie holandés, en la Copa del Mundo de MTB. Tenía la corazonada de que podía lograrlo en la carrera de Nové Mesto (Rep. Checa) y por la mañana me calcé zapatos azules y calcetines blancos, en imitación de su indumentaria.

20 mayo 2019

Cruzando el río Tinto y Noble silencio

La mañana del domingo, José Andrés y el que escribe, hicimos un interesante recorrido gravel para pasar el río Tinto y subir a Lucena del Puerto. Era la primera ruta que hacíamos juntos con bicicleetas gravel-cx y él fue contándomé las sensaciones que tenía con su nueva bici, sobre todo en cuanto a la posición de pilotaje y también que decidió cambiar el manillar por otro de más anchura. A pesar de lo cual no acaba de sentirse cómodo, quizás tendrá que espera algo más tiempo para la adaptación.

No conocíamos el lecho del vado y por prudencia lo pasamos a pie

 
En Lucena, mientras desayunábamos, decidimos cambiar el plan de ruta, de manera que fuimos hasta Moguer siguiendo los caminos del Alamillo, del Monturrio y del Fresno, todos asfaltados. Cruzando el pueblo, pinchazo en la rueda trasera de la Merida que afortunadamente tapó el liquido sellante. Acabamos bajando a las Marismas del Tinto y rodamos por el borde hasta llegar a la pasarela de Anillo Hídrico de Huelva, (Tramo Río Tinto) por la que nos encaminamos hacia Huelva. Evitávamos así cruzar el puente de la N-422, entre el muelle petrolero y la Punta del Sebo, donde los ciclistas están muy expuestos al tráfico de vehículos. Aunque nuestro recorrido para alcanzar la ciudad fue feo y complicado, primero entre las balsas de fosfoyesos y luego teniendo que cruzar las vías del ferrocarril. No creo que  repita esta parte de la ruta.

Fue una jornada tranquila, para disfrutar de la compañía y para charlar no solo de bicicletas y gravel, si no también de cosas de la vida y del espíritu. 

Los datos de la ruta en Garmin
GENESIS Croix de Fer y MERIDA 100
Rodando por el borde de la marisma del Tinto
Atravesando de nuevo el río Tinto
Esta mañana he leído un artículo Noble silencio de Antonio Muñoz Molina, en el escribe de la importancia del silencio, de la quietud, del vacio, del no hacer y en el que también se refiere a los cinco preceptos del budismo
No dañar la vida, sobre todo; no tomar lo que no te ha sido dado, ni decir palabras que puedan hacer daño, ni abusar de tu cuerpo con intoxicaciones alcohólicas o de drogas, ni dejarte llevar por impulsos sexuales que puedan hacer daño a otros o a ti mismo.
Creo que nos iría mejor a todos si aplicáramos más estas indicaciones

06 mayo 2019

XII Passeio de Amigos BTT Giões 2019

La típica foto antes de la partida

El hombre que habla con Zé creía que pasaríamos por su sembrado pero estaba equivocado, lo hicimos por otro lugar

Parada de avituallamiento en Laborato





Primera pasada de la Ribera de Vascão

Esperando mientras atrás arreglan un pinchazo
Gravel Café estuvo entre los participantes


Buscando la sombra, como las cabras y ovejas


Segundo paso por la Ribera de Vascão








Último avituallamiento, antes del singletrack del Vascão


Llegando a Giões

Cozido de grão

Monumento homenaje al Dr. Oscar Olivéira en Giões
Hacia cinco años que no asistía al Passeio de Giões que organiza Zé Guerreiro buen amigo, gracias a cuyo empeño y dedicación se han venido celebrando este encuentro durante doce años consecutivos. Esta vez viajaba en solitario, sin ninguno de los "Trípodes Algarvios" que habían acudido en años anteriores. En la salida también eché de menos a algunos amigos algarvios, como Amandio, David, Fernando, José, Mario, Nuno, Valerio o los  hermanos Oeiras, Ricardo y Ruí.
Comentaba Zé que en los últimos años se han desarrollado más otras actividades deportivas, como el trail y el triathlon, en los que muchos de ellos participan y ahora no acuden a esta cita.
Este año seríamos alrededor de una treintena de bikers, entre ellos algunos conocidos de experiencias anteriores. Además también había ruta para senderistas.
José Guerreiro sabe como organizar un paseo entre amigos, construyendo un recorrido variado, compuesto de viejos y casi perdidos caminos entre muros piedra, cercanos a las aldeas (Lutão, Laborato, Farelos, Velhas), de caminos más transitados y también de algún "estradão em terra batida", amén de por senderos y singletracks cercanos a la Ribeira de Vascão.
A todo ello hay que añadir que dispuso puntos de avituallamiento en la ruta btt, recuerdo uno en Laborato  (km 13,5) y otro en el km 30, poco antes del comienzo del singletrack de Vascão, donde teníamos agua y cervezas frescas (¡).
En general me fue bien, salvo en algún tramo técnico por las piedras, donde cada día me siento más inseguro y miedoso por los pedales automáticos. Y por descontado, debo mantener el desarrollo 30x50 ¿si aumentara los dientes del plato como subiría las pendientes que hay para dejar atrás el Vascão?
Finalizamos con el tradicional almuerzo de convivencia (bikes+senderistas) en el snack-bar "O Poço"

La ruta en STRAVA