13 diciembre 2008

Segunda etapa: Planicie alentejana a Sierra de Monchique

Segunda etapa: Almodôvar-Monchique: 73,5 km, 4:48, 15,3 km/h.


Amanece un día gris que promete lluvia. Después de desayunar en la pastelaria Primavera, abandonamos Almodôvar, no si antes fotografiar la escultura "homenaje al zapatero", también construida a partir de materiales de chatarra por el escultor Aureliano.









Lluvia fina y un viento frontal nos acompañan durante los primeros km, por buena carretera, hasta la población de Gomes Aires, a partir de donde empeora el asfalto y la lluvia se hace más persistente. Las nubes cubren las montañas y la vegetación casi desaparece entre la bruma, los cerdos nos miran pasar sin inmutarse y de los caseríos se levantan blancas humaredas. Pese a las inclemencias hacemos camino y cuando llegamos a Santana da Serra hacemos una parada para tomarnos un café bien caliente, comer, secarnos y charlar. Después nos enfrentamos a los casi 20 km de la IC-1, vía rápida que conecta el Centro con el Sur de Portugal. A pesar de que el viento y la lluvia no cesan, agradecemos los ánimos que muchos automovilistas nos trasmiten haciendo sonar sus bocinas. 


Cuando llegamos a S. Marcos da Serra otra parada corta para comer al amparo de un toldo agujereado y comentarios acerca de las dificultades montañosas que se nos avecinan.

Continúa la lluvia y desde la salida de la localidad hasta el cruce hacia Benafátima la carretera es estrecha, de piso rugoso y con grandes manchas (¿gasolina?) en algunas curvas. A partir del mencionado cruce continuamos dirección W por mejor carretera, más ancha y fina, pero que se empina nada más comenzar y nos reserva lo más duro de toda la ruta, las rampas de la Serra da Carapinha y las de Cabeça Gorda que ponen a prueba nuestra resistencia.










Después de reagrupamos en el ato de Altura da Choça, iniciamo una bajada de 2,5 km., donde el frío se hizo sentir y más adelante iniciamos la subida tendida hacia la aldea de Alferce, en medio de un escenario de arroyos y fuentes, con un juego de sombras y luces entre pinos, madroños y castaños.
En el cruce de Alferce hacemos un alto para recuperar fuerzas al cobijo de una parada de autobús y evaluamos nuestra situación: ya tenemos hambre y un poco más adelante podríamos parar a comer, pero estamos mojados y tememos enfriarnos demasiado, de modo que optamos por continuar hasta Monchique. Seguimos por un tramo de carretera orillado de una vegetación exuberante y variada en la que se entremezclan la flora tropical y las especies templadas: madroños, algarrobos, rododendros, etc. También hay cultivos en terraza de naranjos y maíz. Y aunque en los bordes hay varios restaurantes o casas de pasto, de donde emanan olores de grelhados que invitan a parar, continuamos pedaleando hasta entrar en el pueblo y luego dirigirnos hacia la iglesia, famosa por su portada manuelina en la que las columnas salomónicas se prolongan formando un cordón con nudos.

Portada estilo manuelino
Tras una búsqueda para encontrar sitio donde dormir, acabamos en Residencial Miradouro da Serra, que nos ofrecía cuartos con calefacción y un local donde guardar las bicis, pero una vez bien reconocido el establecimiento resultó antiguo y espeso.
Después de la ducha bajamos a la cercana pastelaria Doce Arte donde hicimos almuerzo-merienda y luego nos retiramos a nuestros aposentos en busca de una merecida siesta.




Tras el descanso dimos un paseo por el centro del pueblo, casi desierto, y cenamos en el restaurante A Charrete (pedid la especialidad de la casa: el pudim de mel).
Fue etapa dura, por el porcentaje acumulado de subida y por las inclemencias metereológicas adversas, pero en lo paisajístico quizás fuera la más bonita.

09 diciembre 2008

Primera etapa del viaje Baixo Guadiana--Baixo Alentejo

Primera etapa: Vila Real de Santo António - Almodôvar: 93,4 km, 5:51, 16 km/h. -


Los protagonistas del viaje fueron Jesús, José Augusto, Juan y Pedro con sus bicicletas (Canonndale, MMR customizada, Trek y Otero) en una ruta cicloturista de tres días por el sur de Portugal.

La 1.ª etapa comenzó cerca de la desembocadura del Guadiana, en Vila Real de Santo António, y acabaría en Almodôvar, en el centro del Baixo Alentejo.

Desde Castro Marim nos dirigimos por carreteras secundarias de muy escaso tráfico hacia Cerro de Enho. Pronto comprobamos que el día iba a ser largo, con menos frío del previsto y con algunas deficiencias mecánicas que resolvemos sobre la marcha. De Tanoeiro a Corte de Gago tuvimos la primera subida larga y después de cruzar la ribera de Beliche otra subida, más larga y empinada, para llegar a Corujos.

Las bicis de JA y PT

Mi Trek con las alforjas

 Cannonadale  con equipaje de Jesús







Unos kilómetros más adelante de Alta Mora me equivocaría de dirección en una rotonda y aquel error, de ser una preocupación, se convirtió en el hallazgo de una nueva ruta hasta Bentos, pasando por Alfarrobeira, Varzea y Jardos, con varios km finales por un camino de tierra.

Acabando un tramo de camino de tierra


Durante una de las muchas ascensiones de ese día un impactante grito atravesó el espeso silencio ¡Para un "puente" que tengo para descansar... so mam...n!!! 
El lugar por el que se atraviesa la ribera de Odeleite es muy bonito pero la larga cuesta que viene después tiene mucha miga, con cuatro km de constante subida y de un porcentaje importante. Después nos alivia un poco la carretera hasta Vaqueiros y más adelante, camino de Martim Longo, no encontramos muchas dificultades, salvo el repecho anterior a la localidad. Para entonces el estómago necesita algo más que fruta y barritas energéticas y nos dirigimos al restaurante Monte Branco, donde nos atiende una amable encargada, especialmente a Jesús, al que le sirvió doble ración del plato del día (fideos con salmón) y después de saciar la sed y aplacar el hambre nos dispusimos con mejor ánimo a completar la segunda parte de la etapa.

Almorzando en Martim Longo
Esta segunda parte transcurrió también por las carreteras secundarias casi desiertas que unen las aldeas típicas del interior algarvio e igualmente por un territorio quebrado, con cambios de asfaltado muy diferente entre los concelhos y distritos, muy notable el que se produce al cruzar la Ribeira do Vascão, límite entre el Algarve y el Alentejo.
Después de pasar por la localidad de Santa Cruz la tarde se puso de agua y tuvimos que ponernos los chubasqueros. Desde allí la lluvia fue intermitente, con momentos más fuertes y dejó de caer después de  Dogueno, desde donde seguimos por la mojada carretera, con un buen susto por una camioneta que no dejó la suficiente separación cuando nos adelantó, rodabamos rápidos por la planicie alentejana y poco después de cruzar la Ribera de Oeiras alcanzamos el objetivo marcado al principio de la etapa, Almodôvar.


Cuando llegamos a Almodôvar nos dirigimos en busca del puente medieval pero nos encontramos primero con la monumental escultura "homenaje a los bomberos" de Aureliano, que está colocada muy cerca del parque de los Bombeiros Voluntarios. Entre las numerosas piezas nótese la horquilla de bicicleta que adorna el radiador del carro de bombeiros.

En Almodôvar después de la lluvia

Uno de los atractivos de Almodôvar es el puente medieval sobre la Ribeira de Cobres, y la luz apagada del atardecer era propicia para contemplar el lugar con detenimiento.
Después buscamos Residencial Serafim http://www.almodovar.com.pt/residencialserafim/ un establecimiento de reciente apertura, situado en el centro del pueblo, para alojarnos en dos habitaciones confortables, con calefacción y com casa de banho privativa, ar-condicionado, TV, telefone e acesso à internet,  al económico precio de 35 €, habitación doble.

Tras la reconfortante ducha y algunos hasta faena colada, dimos una vuelta por el pueblo y tomamos unos vinos en una taberna, charlando con un paisano sobre cuales eran los restaurante más recomendables; finalmente nos decidimos por entrar en la Pizzeria O Forno, muy acogedora, donde dimos cuenta de una buena cena a base de ensalada, pizza y pastas.

Fue la etapa más larga en kilometraje y en tiempo de pedaleo, con varias subidas de consideración y el día en el que mejor comimos y mejor nos alojamos. Tuvimos un buen comienzo.




03 noviembre 2008

PR 1, Boa Vista





















Recorrido pedestre circular, localizado en Corte Antònio Martins, al norte de Vila Nova de Cacela, con una distancia aproximada de 10 km, que se recorre en 2 h. 40 min.

01 noviembre 2008

OSTUNI, la "Città Bianca"
































Ostuni es una pequeña ciudad de la provincia de Brindisi (Puglia, Italia) con una población de alrededor de 32.000 habitantes, situada a unos 8 km de la costa del Mar Adriático, cuyo nombre actual deriva del griego Astiu-neon, "ciudad nueva".
Il borgo antico (la ciudad vieja) es la inconfundible joya que dota a Ostuni de su pintoresca identidad urbanística y es definida por los ostunesi como "La Terra".
Pintada solo de blanco, surge sobre la colina más alta de la ciudad y es toda una sucesión de callejones y escaleras, maraña de pintorescas calles que cruzan arcos y plazas, un encanto a veces interrumpido por las terrazas abiertas al paisaje subyacente para admirar la gran extensión de olivos seculares y el azul del mar.
Allí pasamos unos días del verano, guiados por nuestro particular cicerone, que supo mostrarnos los encantos de su pueblo. ¡Grazie mile, Enzo!

27 octubre 2008

Entre vales, fontes e memorias da Serra do Caldeirão







 



 






Me uno con algunos Agonia Bike y viajamos hasta Parises, al N de S. Bras de Alportel, para recorrer el percurso PR-2. Después de la ruta nos fuimos a comer a "Casa Américo", entre Olhao y Faro, un restaurante muy popular donde sirven pescado asado a precios muy económicos.

24 octubre 2008

El beso de la sirena

Traducción: Juan Carlos Gentile Vitale. Ed. Destino / 158 páginas.
Novela corta, titulada originalmente Maruzza Musumecci, a la que Camilleri profesa un especial cariño:"Mi sueño era contar una fábula. Porque, en parte la historia del campesino que se casó con una sirena me la había contado cuando era niño, Minicu, el más fantasioso de los campesinos que trabajaban en la tierra de mi abuelo".

Como si fuera un creador de cuentos populares y antiguos mitos, Camilleri refunde historias, personajes y escenarios (el mito de Ulises, La Sirenita, el cuento de Andersen) para crear una nueva fábula poética en la que se entrecruza el mito y la histora, con pasajes donde brillan el arte, la arquitectura y la astrología con un estilo directo, fresco y sensual, todo ello envuelto en la belleza del paisaje mediterráneo de Vigàta.

Gnazio y Maruzza, la señora Pina, la bisabuela Minica, el vecino Aulisse, los hijos Cola y Resina, Lyonel el americano, ... la tierra y el mar, en una historia que nos habla de como vivir con lo que nos resulta extraño y ajeno, de como amar a lo que parecía contrario.

La fotografía la hice en el Valle dei Templi, en Agrigento, a pocos kilómetros de Porto Empedocle, ciudad natal de A. Camilleri, y muestra algunos elementos significativos de la novela: el olivo, la arquitectura y la presencia griega.