Antes de las 6:30 salgo de Calabazares en dirección a Almonaster. En las calles del pueblo oigo como dan las siete y allí a esa hora no hay bar abierto donde tomar un café. De manera que no me queda otra que seguir ruta hacia Gil Márquez. En la bajada por la carretera sentí algo de frío. Hechaba de menos el chaleco reflectante (que había dejado en casa) porque además de hacerme más visible para los otros vehículos que circulaban por la vía a hora tan temprana, quizás me habría servido de más abrigo. Paré en Gil Márquez cuando aún era de noche y tomé una barrita energética.
Amanecer |
En Valdelamusa por fin encontré un bar para desayunar. Su clientela estaba compuesta en su mayoría por trabajadores de la cercana Mina de Aguas Teñidas. Recordaba la ruta que bastante años atrás hice junto a Antonio y Pepe y quería comprobar si se podía hacer aún, al ir por el campo quería evitar el tráfico de las carreteras. Pregunté a un hombre si podría llegar hasta La Zarza por caminos. Me indicó que siguiera hasta la entrada de la mina, junto a la que encontraría un camino a la derecha y que solo tendría que seguirlo para llegar al Embalse del Olivargas y después a La Zarza.
Para este viaje de septiembre la configuración de cubiertas elegida para la CDF fueron dos tubeless, delante una VITTORIA TERRENO MIX de 700x40C y detrás una WTB RIDDLER 700X37C, con las que en todo momento me sentía seguro de poder afrontar cualquier tipo de terreno.
Mina de Aguas Teñidas |
Exterior de un cercado para ganado, próximo al Cortijo de La Perrona |
Interior del cercado |
¡Esto si que es tierra batida! y no la de Roland Garros :-) |
Fueron algunos kilómetros por ese camino extremadamente polvoriento antes de llegar al puente sobre el embalse a partir de donde seguiría por la plataforma del antiguo ferrocarril minero desmantelado.
Puente sobre Embalse de Olivargas |
Acceso al trazado del ferrocarril desmantelado |
Por el trazado del antiguo FF.CC. San Miguel-Tamujoso |
Me orientaba siguiendo el mapa del GPS para llegar La Zarza y tomé buenas decisiones en algunos cruces con dudas. En las inmediaciones del Embalse de Puerto León, al acabar la bajada, en medio del camino una nutria tomaba el sol. Cuando advirtió mi llegada corrió hacia la espesura. Desde La Zarza, cansado de tanta tierra, continué por carretera en dirección a Calañas.
En el Bar Salustiano de Calañas repetí parada como el día anterior y coincidí con otro ciclista con bici de carretera, que me preguntó al ver el logo de la Transandalus en mi maillot de Gravel Café y charlamos un poco sobre rutas cicloturistas.
Pedí tostadas con aceite y jamón. Sabiendo que de este sirven bastante, lo repartí en dos bocadillos. El panecillo lo guardé para más adelante. |
Al partir tenía decidido seguir viaje por el campo, de modo que me encaminé hacia el Sur para seguir la pista de tierra hacia El Calabazar y La Torerera. Este tramo es de fácil orientación y cuenta con algunos kilómetros de asfalto, desde el cruce que vemos en la foto de abajo hasta casi el apeadero de Los Milanos, desde donde se continúa por camino de tierra.
En dirección a La Torerera y Estación de Los Milanos |
Esta era también el primer viaje usando los nuevos pedales LOOK X-TRACK. En el recorrido hacia El Cobujón notaba dificultades para soltar los zapatos y tuve que detenerme para ajustar la tensión de la entrada/liberación de las calas en los pedales. Salvo este detalle me han parecido unos pedales muy adecuados para el gravel más campero. Igual que las zapatillas que calzaba unas Decathlon Triban RC 500. Aunque la marca las denomina como de carretera son adecuadas para gravel e incluso para btt, Alberto Etxeandia las llevó durante el cicloturismo de montaña que hicimos por el Alentejo en la Semana Santa de 2019.
La ruta hacia El Cobujón y Los Cristales discurre por un territorio esencialmente despoblado en el que me encontré con muchos ciervos cerca del camino o cruzándolo incluso.
Aquí El Cobujón y Los Cristales ya quedaban atrás, después vendría la bajada hacia el río |
Parada en el Odiel |
Vado del río Odiel |
Con agua de esta charca me refresqué cabeza y brazos |
En las tierras colindantes con el camino hacia Fuente de la Corcha se notaban claramente los efectos del incendio del pasado junio sobre eucaliptos y pinos. En la parada de Fuente de la Corcha comí el bocadillo que llevaba desde Calañas y me aprovisioné bien de agua. La jornada ciclista se alargaba mucho, eran las 14:30 y aún me quedaban por lo menos dos horas para llegar.
En el trayecto hacia Gibraleón no estuve tan acertado como antes y me despisté un poco, en lugar de dirigirme hacia los cortijos de El Partido y Comeuñas, fui hacia el Oeste y suerte que reconocí el punto del Majal Alto, allí arriba encuentro la carretera que hicieron para la construcción de la Presa de la Alcolea y entonces pude rodar más cómodamente y a más velocidad hacia Gibraleón. En el Restaurante Bar Jardín del Parque Fuente del Oro me sirvieron una cerveza sin alcohol bien fría y unas aceitunas, llené los bidones con agua y puse rumbo Sur para Bellavista.
Cuando llegué a casa eran las 17:25. Había acabado el largo y cansado viaje desde Calabazares, seguramente por el recorrido tan extenso por el campo y con un horquilla de temperaturas exagerada. Mirando los datos del GPS se observaba que había una diferencia de 27 grados entre mínima (11) y máxima (38).
En el trayecto hacia Gibraleón no estuve tan acertado como antes y me despisté un poco, en lugar de dirigirme hacia los cortijos de El Partido y Comeuñas, fui hacia el Oeste y suerte que reconocí el punto del Majal Alto, allí arriba encuentro la carretera que hicieron para la construcción de la Presa de la Alcolea y entonces pude rodar más cómodamente y a más velocidad hacia Gibraleón. En el Restaurante Bar Jardín del Parque Fuente del Oro me sirvieron una cerveza sin alcohol bien fría y unas aceitunas, llené los bidones con agua y puse rumbo Sur para Bellavista.
Cuando llegué a casa eran las 17:25. Había acabado el largo y cansado viaje desde Calabazares, seguramente por el recorrido tan extenso por el campo y con un horquilla de temperaturas exagerada. Mirando los datos del GPS se observaba que había una diferencia de 27 grados entre mínima (11) y máxima (38).
Unos días más tardes le daba una alegría a A cuando hice la devolución del saco en la tienda donde lo habíamos comprado.
La ruta en STRAVA
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