Fecha: 31/03/07
I Desafío BTT SIERRA DE AZNALCÓLLAR, prueba de las denominadas marathón, prevista sobre 70 Km. En la salida el equipo de los Trípodes Algarvios era: JoseA (Specialized Stumpjumper FSR) JuanM (Trek Fuel 80) y PedroT (Specialized FSRxc), más un invitado especial: Lutgardo (Giant MCM Composite).
Condiciones: Lluvia durante todo el recorrido, piso deslizante, barro, viento y hasta frío.
La crónica: Antes de la salida comenzó a lloviznar y cuando acabamos la vuelta por el pueblo la lluvia arreció de tal manera que muchos de los participantes decidieron abandonar, Lutgardo entre ellos. De los casi 500 inscritos en la clasificación final figuraban sólo 282. Los buenos caminos por donde transita la ruta se fueron llenando de agua y el paisaje se perdía entre la bruma. La señalización era buena y la labor y el ánimo de los voluntarios en los dos avituallamientos y en los controles de paso ayudaban a seguir pedaleando en busca de un final que se hacía lejano. Los Trípodes hicimos buena parte del recorrido juntos, hasta que los condicionantes nos separaron. Primero se retrasó JA, para quien, sin gafas y sin guardabarros, era difícil mantener los dos ojos abiertos y perdía rueda en las bajadas; después PT se quedó sin freno trasero y tuvo que aminorar para llegar sin percances mayores. En condiciones tan adversas era admirable la voluntad y las ganas que gente tan variopinta, de 14 a 63 años, mujeres y hombres, le ponía al mtb. Personalmente el haber recorrido antes parte de la ruta me hacía mantener una actitud positiva a pesar del desafío climatológico y aunque las gafas se ensuciaban de continuo protegían bien mis ojos y además no sufrí avería o caída.
La organización, para evitar el paso por un olivar, decidió acortar el recorrido en la parte final y al llegar a meta el cuenta marcaba 58,5 Km. en 3:35, (oficialmente en 3:28; PT en 3:32 y JA en 3:44) y seguía lloviendo.
El fino barro acabó penetrando en la piel, en los tejidos y en todos los rincones de la bici y después fue difícil eliminarlo de la ropa, especialmente del culote. Tras la limpieza de la bici noté que las pastillas de freno habían pasado a mejor vida y que los discos estaban rallados.
I Desafío BTT SIERRA DE AZNALCÓLLAR, prueba de las denominadas marathón, prevista sobre 70 Km. En la salida el equipo de los Trípodes Algarvios era: JoseA (Specialized Stumpjumper FSR) JuanM (Trek Fuel 80) y PedroT (Specialized FSRxc), más un invitado especial: Lutgardo (Giant MCM Composite).
Condiciones: Lluvia durante todo el recorrido, piso deslizante, barro, viento y hasta frío.
La crónica: Antes de la salida comenzó a lloviznar y cuando acabamos la vuelta por el pueblo la lluvia arreció de tal manera que muchos de los participantes decidieron abandonar, Lutgardo entre ellos. De los casi 500 inscritos en la clasificación final figuraban sólo 282. Los buenos caminos por donde transita la ruta se fueron llenando de agua y el paisaje se perdía entre la bruma. La señalización era buena y la labor y el ánimo de los voluntarios en los dos avituallamientos y en los controles de paso ayudaban a seguir pedaleando en busca de un final que se hacía lejano. Los Trípodes hicimos buena parte del recorrido juntos, hasta que los condicionantes nos separaron. Primero se retrasó JA, para quien, sin gafas y sin guardabarros, era difícil mantener los dos ojos abiertos y perdía rueda en las bajadas; después PT se quedó sin freno trasero y tuvo que aminorar para llegar sin percances mayores. En condiciones tan adversas era admirable la voluntad y las ganas que gente tan variopinta, de 14 a 63 años, mujeres y hombres, le ponía al mtb. Personalmente el haber recorrido antes parte de la ruta me hacía mantener una actitud positiva a pesar del desafío climatológico y aunque las gafas se ensuciaban de continuo protegían bien mis ojos y además no sufrí avería o caída.
La organización, para evitar el paso por un olivar, decidió acortar el recorrido en la parte final y al llegar a meta el cuenta marcaba 58,5 Km. en 3:35, (oficialmente en 3:28; PT en 3:32 y JA en 3:44) y seguía lloviendo.
El fino barro acabó penetrando en la piel, en los tejidos y en todos los rincones de la bici y después fue difícil eliminarlo de la ropa, especialmente del culote. Tras la limpieza de la bici noté que las pastillas de freno habían pasado a mejor vida y que los discos estaban rallados.
La organización fue buena y la comida estuvo bien, especialmente el potaje de garbanzos, y aunque al día siguiente tenía dolor en la garganta (mucha mojadura) sentía que habíamos superado una jornada difícil con buen ánimo y con nota.