21 noviembre 2018

El guionista


Acabar la historia ya me estaba costando demasiado, el tiempo pasaba y no encontraba la fórmula.
Escribir por encargo encorseta y limita mucho la creación y aquel texto se había complicado sobremanera, desde que el productor decidió que su nueva amiguita tenía que aparecer en la serie.
Estaba atascado y lo había dejado en reposo tratando de encontrar alguna inspiración, pero no quedaban más que tres días para entregar el trabajo en la fecha convenida. Me fastidiaba tanto el asunto que no me faltaron ganas de pasar del tema y no escribir una línea más.
Como necesitaba el dinero traté de hacer un último esfuerzo y, aunque HW es un tipo que no me cae bien, su estudio es de los que mejor pagan y yo estaba pelado.

Hablé con JB y le pregunté si podía disponer de su cabaña en la sierra de viernes a lunes.
- Sin problema, me dijo.

Durante las horas del viaje en coche imaginaba argumentos, diálogos y escenas, pero cada vez que trababa de incorporara la chica rubia sombras vacías inundaban el escenario.
¿Qué biografía podía escribir para ese nuevo personaje femenino, cuales eran sus objetivos o sus miedos? ¿Cómo relacionarla con los otros personajes?

Aquellas elucubraciones me acompañaron hasta la cancela de la majada. Abrí el candado, descorrí el cerrojo y después de aparcar el coche junto a la cerca, a la sombra de un quejigo, subí hasta la casita de piedra que iba a ser mi celda durante 72 horas.

Allí estaría aislado, sin cobertura ni conexiones, sin distracciones, únicamente me permitiría a ratos el goce de la música, porque un silencio total podía tener un efecto paralizante.

Encendí el portátil y abrí la carpeta donde tenía guardado aquel guión. Luego coloqué un pendrive con discos de uno de mis músicos favoritos y mientras estaba sonando leí con atención todo lo que había escrito hasta entonces.
En un bloc anotaba cualquier chispazo que pudiera servirme de luz para salir de aquel túnel sin precedentes en el que me había metido el capricho de HW.
La luz de la tarde cayó detrás de los cerros. Encendí la chimenea, descorché una botella de vino y cené un poco de embutido y queso. Luego estuve modificando textos y creando otros nuevos durante las primeras horas de la noche.

Cuando el fuego se apagó abrí la ventana para eliminar el monóxido de carbono y oxigenar el interior, como me había recomendado mi amigo. Me sentía cansado y también algo ebrio y antes de quedarme dormido sobre la mesa, cerré el ordenador y subí al desván para meterme en la cama que JB instaló allí para las visitas y al poco entraba en el mundo de Morfeo.

Tenía una cara perfecta y un gran atractivo sexual, además de una voz sensual cualidades con las que conquistaba fácilmente. Y había decidido ser actriz.
Aquel productor, que le doblaba la edad y que la colmaba de atenciones y caprichos, era su camino hacia el estrellato.
Cuando se lo presentaron tras la actuación de The King of Melody -donde cantaba y tocaba los teclados- en aquella entrega de premios, ella creyó que era una oportunidad que no debía dejar pasar de largo; también asumía que tendría que mantener su integridad en la selva de la farándula y del show business y esperaba que su experiencia en el mundo de la música le serviría para ese tránsito.
Supo por HW, que el guionista estaba tratando por todos los medios de escribir un buen papel para ella y,también, que para eso se había encerrado unos días en una cabaña de la sierra. Averiguó como dar con su paradero por un amigo ayudante de dirección. Quería conocerlo y tal vez, de algún modo, ayudarlo a salir de su parálisis.

La cancela estaba abierta, recorrió el sendero y los escalones que la separaban de la casa. Después de repetidos golpes en la puerta y de algunas llamadas por su nombre, el escritor no daba señales de vida. Quizás había abandonado momentáneamente la casa. La tarde del domingo entregaba sus últimos rayos de sol, tenía que marcharse y pensó de que manera podía dejarle un mensaje. Debajo de la puerta de madera descubrió una gatera y por ella deslizó su pequeño bolso rojo.

Aquel encierro resultó fructífero y entregué el guión poco antes de que finalizara el plazo impuesto por el productor.
La incorporación del nuevo personaje femenino elevó los índices de audiencia y también mejoraron las críticas. Aquella temporada de la seria fue muy premiada y ello obtuvo, además, el premio a la mejor actriz revelación.

El galardón estará por algún rincón de nuestra casa.



Este relato fue mi ejercicio práctico final del Taller de escritura creativa relato breve con Manuel Moya, celebrado en la Biblioteca Provincial de Huelva.