¿Qué mejor despedida de 2008 que darnos una vuelta en btt por el sotavento algarvio? En eso coincidimos un par de Agonías y un par de Trípodes, en martes de vacaciones, y nos fuimos a Castro Marim. Desde allí pedaleamos hacia el embalse de Beliche, donde vimos carpas enormes; después cruzamos Tanoeiro y nos dirigimos en dirección a Cortelha, pero antes de llegar elegimos una nueva ruta que debía conducirnos hasta Carrapateira. Cruzamos una ribera y enseguida enfrentamos una ladera con una pendiente que al principio impone, aunque conforme vamos ascendiendo comprobamos que la subida se salva sin agobios. Después de una rato de trasiego por las cumbres paramos junto a un naranjal para reponer fuerzas. Reiniciamos la marcha y al poco llegamos a una aldea y preguntamos a dos lugareños que sitio era aquel: Carrapateira, contestaron.
Desde allí nos dirigimos hacia Pomar y descubrimos un nuevo tramo de sendero que acaba en la pista que discurre junto al Cerro da Bandeira y al vértice de Boa Vista (PR 1 Boa Vista). Bajada hasta la ribeira do Rio Seco y subida a Lagoa, donde paramos para refrescarnos con unas cervezas.
Un vistazo al mapa y decidimos dirigirnos hacia el mar y a toda máquina rodamos hacia Vila Nova de Cacela, atravesamos el pueblo, la E.N. 125 y antes de llegar a Cacelha Velha abandonamos el asfalto para transitar por un bonito sendero que bordea la Ria Formosa. Después las dunas y las pasarelas elevadas de madera frente al mar de la playa de Manta Rota. Una gozada.
En la última parte del recorrido, entre Altura y Praia Verde, nos enfrentamos a un par de alambradas (creo que es la primera vez que nos ocurre en Portugal) que pudimos salvar sin muchos problemas y que muestran como en la costa algarvia la presión urbanística es mucho más potente que en el interior.
Al final nos quedo una vuelta bonita, 3:30 / 55 Km. / 15,6 Km/h, con diversos tipos de pisos y paisajes, y que si quitamos los tramos conflictivos, con un poco más de exploración de caminos, puede convertise en una bonita "clásica". Después fuimos en coche hasta VRSA para comer, pero como Don Petisco estaba fechado comimos (bien) en el cercano restaurante S. Antonio.
Luego hicimos algunas compras, principalmente un buen surtido de Super Bock, antes de despedirnos hasta la próxima ocasión y desearnos Feliz Año Nuevo.
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