En agosto de 2021 José Ramón Pedrosa dejaba en casa la Orbea Moncayo que le había regalado su padre cuando era un chaval. La bici presentaba claros signos de desgaste y algunos componentes en mal estado o inservibles.
Había que primero desmontar, para luego valorar lo que valía o no y afrontar la restauración que José Ramón quería emprender por el especial cariño que le tiene a esa máquina y ponerla en uso.
Desmonté todo lo que pude para dejar el cuadro lo más limpio posible y evaluar el estado de los componentes y ver lo que podía aprovecharse.
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zona del pedalier con la pintura muy deteriorada |
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-manillar, potencia, cazoletas dirección, manetas frenos- |
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-bielas, platos, pedales, eje pedalier y rodamientos- |
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desviadores
Pronto perdimos la inercia inicial porque tanto a él como a mi se nos fueron cruzando otras circunstancias más serias de la vida y el proyecto fue quedando aparcado. Sobre todo se vio interrumpido por su trabajo como profesor y el cuidado de su hija, operada varias veces, y también por las lesiones de mi accidente de bicicleta, hacen que la tarea se fuera demorando y el momento de comenzar a trabajar sobre el cuadro, lijar primero y después proceder a pintarlo, quedase estancado sine die. Finalmente esa fase la acometemos el miércoles 27 de agosto de 2024. Él había elegido un elegante color crema y ese día aprovechamos parte de la mañana, además de pintar, para hacer los pedidos de componentes y accesorios que hay que reemplazar. |
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comienzo del pintado |
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José Ramón pintando con spray en el patio de su casa |
Ahora estamos con otro parón, a la espera de que lleguen los pedidos y pueda comenzar el montaje a la vuelta de mi inminente viaje. Creo que como le ponemos cariño e interés va a quedar bien.
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