Fotografía vista en Internet. Desconozco su autoría |
He leído LLUVÍA OBLÍCUA, ed. Baile de Sol, última novela de Manuel Moya (Fuenteheridos, 1960) donde narra los penúltimos días de Fernando Pessoa, ya cercana su muerte, por una Lisboa lluviosa.
Es un texto levantado con esplendida escritura, cruzado de humanidad y de poesía, que va sumergiéndose en el pensamiento del escritor portugués y dando cuenta de la nostalgia de su infancia, único tiempo donde fue feliz, arrebatado muy pronto por la muerte de su padre, primero, y más tarde la de su hermano, antes de cumplir un año. Pero también nos habla de sus adicciones: el tabaco y el alcohol "Se está usted matando con tanto bagaço y tanto tabaco" le dice el hijo del jefe de un gabinete donde trabaja, (moriría con 43 años de cirrosis hepática). sin olvidar su manera de ganarse la vida como corresponsal comercial en algunas oficinas de la Baixa lisboeta. Y obviamente de su poesía, del desdoblamiento en sus heterónimos, del misticismo, del esoterismo, del nacionalismo, de sus amores con Ofélia Queirós, de sus fracasados proyectos tipográficos, de su deambulación lisboeta, de su devaneos líricos y de los distintos vértices de una personalidad múltiple.
Pero también de sus vecinos "... que ahora más que nunca parecían formar un coro griego en torno a un héroe decrépito, abandonado por los dioses". De su hermana Henriqueta (Teca) que vive en Estoril. Nunca se le ha dado bien vivir al infeliz de mi hermano. Todo se la ha ido en sueños, en ínfulas, en persecuciones estériles. Mi hermano no es más que un pobre iluso solitario y enfermo. Una persona perdida en su propio laberinto.
El escritor serrano es traductor de gran parte de la obra literaria de Fernando Pessoa o de la poesía de sus tres heterónimos y tiene en curso de publicación su biografía Fernando Pessoa, la fiebre de sentir. Por lo que he leído esta novela (romance, en portugués) ha nacido a la par que la escritura de esa próxima biografía.
Aquí una reseña de la novela
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