Utilizando una vieja hoja de la Carta Corográfica de Portugal, escala 1:50.000, la 50-D de Vila Real de Santo, nos aventuramos a descubrir nuevas rutas por el sotavento algarvio y aprovechar un día de vacaciones. Desde Vila Nova de Cacela fuimos a Santa Rita, cruzamos la Autovia Infante de Sagres y llegamos a la Mata Nacional de Conceiçao, a partir de donde circulamos por caminos pasando por varios montes: Castelos, Estorninhos, Berberia, Vale de Ebros, Campeiros y Umbrías de Camacho, descubriendo casas maravillosas con nombres extranjeros, suponemos que también sus dueños, junto a pequeñas aldeas casi desiertas y todo ello subiendo y bajando algunas cuestas importantes.
Entre Estorninhos y Umbrías de Camacho se suceden los cerros de pizarra. Esta parte oriental de la Sierra se presenta poco poblada de árboles y tiene grandes semejanzas con el paisaje que encontramos al Este hacia el Guadiana. Sólo en las vegas y alrededor de las aldeas el suelo es más variado. Esta zona forma parte integrante de la Sierra de Caldeirão y es un territorio de apariencia agreste y salvaje que apetece comenzar a descubrir sin adulterar, sin destruir. Alcanzamos la Ribeira de Beliche por la carretera asfaltada que la bordea y pasamos por Beliche de Baixo y Beliche de Cima, donde encontramos un pajar tradicional.
Llegamos con frío y hambre y como ya pasaba de las cuatro de la tarde pensé que quizás en Cacela Velha hubiera algo abierto y tuvimos suerte, en el bar-restaurante Casa Azul encontramos todo lo que necesitábamos, bebida y comida, calor de chimenea, buen ambiente y buena música.
Fue el extraordinario colofón para una jornada especial por nuevos territorios, a los que a buen seguro volveremos para hacer algo que nos encanta: descubrir nuevas rutas y nuevos paisajes montando en bici.
Km. 68,1 - Tpo. Mov. 4:34 - Media Mov. 14,9 km/h - Tpo. total 5:58
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