Hace unos días tuve la oportunidad de pedalear en una bicicleta de carretera con estética y geometría clásicas. Pertenece a la "escudería" de Richard Barker - mi cuñado Ricardo- y él la denomina "Watson", en recuerdo del personaje que acompaña y asiste a Sherlock Holmes.
Montada sobre un cuadro artesanal, fabricado por la compañía Waterford Wisconsin USA a mediados de los 90 y construido con tubos de acero Reynolds 753, aunan belleza y calidad de construcción. Pintado en un hermoso color verde británico de carreras, que me recuerda al de los Mini Cooper de rally.
En la actualidad la transmisión y los frenos son del conocido fabricante italiano Campagnolo, mezclando sus grupos Athena y Chorus.
Aunque sus medidas no están adaptadas a las mías pude realizar con ccomodidad un recorrido que incluyó la subida de la Cuesta de las Doblas hasta Sanlúcar la Mayor. De regreso a Castilleja del Campo, en la bajada notaba cierta inestabilidad en la dirección, derivada quizás de su corta potencia, no obstante el paseo fue agradable y me gustó rodar con esa bicicleta. En la larga recta de 3,61 km de la A-472, con el toro de Osborne en el horizonte y viento frontal recordé los viejos tiempos de mis recorridos por allí con la Zeus de los ochenta.
Aunque sus medidas no están adaptadas a las mías pude realizar con ccomodidad un recorrido que incluyó la subida de la Cuesta de las Doblas hasta Sanlúcar la Mayor. De regreso a Castilleja del Campo, en la bajada notaba cierta inestabilidad en la dirección, derivada quizás de su corta potencia, no obstante el paseo fue agradable y me gustó rodar con esa bicicleta. En la larga recta de 3,61 km de la A-472, con el toro de Osborne en el horizonte y viento frontal recordé los viejos tiempos de mis recorridos por allí con la Zeus de los ochenta.
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