Una conjunción de cosas: el último viaje de Julen Iturbe por el Duero, la relectura del libro manual de bikepacking de Javier Bañon Izu y la visita a su web, o la proeza de Fiona Kolbinger en la Transcontinental Race 2019, despertaron en mi un fuerte deseo de viajar de nuevo en bicicleta aprovechando algunos días de vacaciones en septiembre.
Y entonces comenzaron las dudas y también las averiguaciones. ¿En solitario? ¿MTB o Gravel? ¿Solo-Bikepacking-Overnight?
Mezclando la pasión cicloturista de Julen con el modo bikepacking de Javier Bañon agitaba la coctelera ciclista y aparecían algunos recorridos, desde el más sencillo de dos días (ida y vuelta) para alcanzar la Sierra de Aracena y dormir allí una noche. Cuando le comente mis planes al amigo José Andrés surgió la posibilidad de pernoctar en su casa serrana en la aldea de Calabazares.
También contemplaba un fin de semana de viaje gravel+bikepacking, junto a Antonio, con destino en la ciudad alentejana de Moura. Sin embargo por un asunto familiar ineludible tenía que ser aplazado.
Si al viaje de Fiona añadimos que entre el 18 y el 22 de agosto se celebraba la 19 edición de la Paris-Brest-Paris, la prueba reina del cicloturismo ranndoneur, las miradas también se dirigieron hacia la ultradistancia. No obstante ese tema quedará para 2020, quizás cuando nos planteemos repetir la experiencia de una brevet.
Soñaba con viajes a la vez que quería mantenerme cerca de casa, montando un equipaje ligero para un viaje simple y fácil de planificar, aprovechando la ocasión para mejorar el equipo, con la compra de un saco de dormir ligero, lo que me llevó a buscar el adecuado a mis posibilidades y finalmente me decidí por un Forclaz 500 Light en Decathlon.
Aunque después de tantas cavilaciones la cosa quedaba reducida a una viaje en solitario con la CDF hasta Calabazares. A las 6:10 del miércoles 4 de septiembre salía de casa en dirección a Huelva, desde donde me dirigiría hacia Trigueros. Todo ese largo tramo nocturno lo hice guiado con la buena luz del foco Cateye Volt 800
También contemplaba un fin de semana de viaje gravel+bikepacking, junto a Antonio, con destino en la ciudad alentejana de Moura. Sin embargo por un asunto familiar ineludible tenía que ser aplazado.
Si al viaje de Fiona añadimos que entre el 18 y el 22 de agosto se celebraba la 19 edición de la Paris-Brest-Paris, la prueba reina del cicloturismo ranndoneur, las miradas también se dirigieron hacia la ultradistancia. No obstante ese tema quedará para 2020, quizás cuando nos planteemos repetir la experiencia de una brevet.
Soñaba con viajes a la vez que quería mantenerme cerca de casa, montando un equipaje ligero para un viaje simple y fácil de planificar, aprovechando la ocasión para mejorar el equipo, con la compra de un saco de dormir ligero, lo que me llevó a buscar el adecuado a mis posibilidades y finalmente me decidí por un Forclaz 500 Light en Decathlon.
Aunque después de tantas cavilaciones la cosa quedaba reducida a una viaje en solitario con la CDF hasta Calabazares. A las 6:10 del miércoles 4 de septiembre salía de casa en dirección a Huelva, desde donde me dirigiría hacia Trigueros. Todo ese largo tramo nocturno lo hice guiado con la buena luz del foco Cateye Volt 800
Pasando por Trigueros aún con luces |
Desayuno en Valverde del Camino-Juan (63) Jesús (59) Modesto (69) Pedro (65) |
Pinturas de Ignacio Alcaria |
Santuario de Ntra. Sra. de la Coronada |
Cuando llegué a Calañas necesitaba avituallamiento y en el Bar
Salustiano pude refrescarme y tomar aquarius de naranja y tostada
con aceite y jamón. Tenía por delante bastantes kilómetros por carretera (HU-5101 y HU-6102) para llegar a Valdelamusa, a partir de donde podría evitar el tráfico de vehículos pesados provenientes o con destino Mina de Aguas Teñidas.
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El firme de la carretera HU-7100 fue recientemente rehabilitado y como era de esperar su tráfico era muy escaso. En el tramo hasta Gil Márquez solamente encontraría alguna dificultad en las subidas y porque apretaba el calor. Sabía que el Ayuntamiento de Almonaster había construido, entrando en la aldea, una fuente al pie de la carretera y esperaba que estuviera en funcionamiento, por lo bien que me sentaría refrescarme al llegar allí.
La nueva fuente de Gil Marquez contaba con agua y pude refrescarme a gusto |
Por la HU-7100 junto a la Ribera de Almonaster |
Almuerzo en Las Palmeras (ensalada mixta, huevos con patatas, agua, cerveza, postre) |
Almonaster la Real |
El refugio de José Andrés en Calabazares |
La ruta en STRAVA
1 comentario:
Se te ve implicado en esto del bikepacking jeje. Ha estado muy bien la crónica. Un abrazo 😉
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