Mientras desayunábamos muy bien en la casa rural y la secadora dejaba nuestra colada en perfecto estado, JA me contaba que había soñado que hoy nos encontraríamos con Julen Iturbe (sic).
Para este segundo día teníamos previsto una primera parte siguiendo el recorrido del Caminho Histórico, de S. Luís a Odemira, donde la Ribeira do Torgal se convertiría en la gran protagonista.
La primera parte es rápida y de horizontes abiertos, hasta que alcanzamos el primer paso por la Ribeira de Torgal, donde se produce un cambio sustancial. Serán más de diez km disfrutando de un tramo dominado por el agua, donde se desvela un Alentejo diferente, verde y vibrante de vida, con la refrescante ribeira como protagonista y un bosque vivo, con abundancia de valiosas especies, como sauces, alisos, helechos, que cubren las márgenes de las líneas de agua.
A partir de Odemira, dejamos la Rota Vicentina para acercarnos a la costa del Sudoeste Alentejano. Y como para este tramo tampoco teníamos track hubo desorientación y kilómetros de más hasta llegar a Cavaleiro, porque a esa carencia se sumó la falta de indicaciones por aquellas solitarias carreteras vecinales.
No siempre es fácil comer durante la ruta y en Cavalerio fuimos al Rocamar. Había variedad de pescados y mariscos y mucho turista en ese restaurante, pero freír unos huevos no se les dió bien.
Paseo por Cabo Sardão y continuación hacia el Sur, bordeando la costa por los senderos cercanos a los acantilados.
Después de Zambujeira tendríamos que superar dos fuertes repechos para llegar hasta Brejão. A partir de donde rodamos por carreteras vecinales y caminos, que ya había recorrido con anterioridad, para entrar en el Algarve por Odeceixe. Vamos hasta la playa y paramos en el quiosco Agapito, el sitio ideal para una buen y necesario avituallamiento.
El tramo Odeceixe-Aljezur de la Rota Vicentina (18 km) transcurre en gran parte por el borde del canal de riego del Mira, pasando por las aldeas de Maria Vinagre y Rogil. Como la tarde estaba avanzada decidimos evitarlo para seguir la carretera a Carrascalinho, desde Maria Vinagre hasta Aljezur. Nuestro alojamiento era en el Amazing Design Hostel, a donde llegamos con el tiempo justo para asearnos y después salir a cenar.
La primera parte es rápida y de horizontes abiertos, hasta que alcanzamos el primer paso por la Ribeira de Torgal, donde se produce un cambio sustancial. Serán más de diez km disfrutando de un tramo dominado por el agua, donde se desvela un Alentejo diferente, verde y vibrante de vida, con la refrescante ribeira como protagonista y un bosque vivo, con abundancia de valiosas especies, como sauces, alisos, helechos, que cubren las márgenes de las líneas de agua.
Piscinas naturales de Pego das Pias |
En Odemira hicimos una parada para tomar cafés con un dulce
A partir de Odemira, dejamos la Rota Vicentina para acercarnos a la costa del Sudoeste Alentejano. Y como para este tramo tampoco teníamos track hubo desorientación y kilómetros de más hasta llegar a Cavaleiro, porque a esa carencia se sumó la falta de indicaciones por aquellas solitarias carreteras vecinales.
No siempre es fácil comer durante la ruta y en Cavalerio fuimos al Rocamar. Había variedad de pescados y mariscos y mucho turista en ese restaurante, pero freír unos huevos no se les dió bien.
Paseo por Cabo Sardão y continuación hacia el Sur, bordeando la costa por los senderos cercanos a los acantilados.
Farol de Cabo Sardão
En Zambujeira do Mar |
Praia de Odeceixe |
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