21 abril 2008

VI passeio Minas São Domingos - Castro Marim


20 de Abril de 2008. Madrugón para salir a las 6:30 rumbo a Castro Marim. Finalmente PT no pudo acompañarnos por problemas físicos, quedando el grupo Trípode-Algarvio reducido a JA, JO y JM. Fuimos los primeros en llegar al Pabellón Municipal de Castro Marim, aún con noche cerrada, después fueron llegando más participantes en sus coches y también los camiones y autobuses que nos trasladarían a Mina S. Domingos. Subimos las bicis, bien protegidas, en los camiones y después nos acomodamos en los autobuses y a primeras horas del día partimos hacia el Norte.


El paseo estaba promovido por los Leões do Sul (muito obrigado a Nuno Alves, Mário Alpiarça, Mário Torrinha, Marco Rosa, Rui Oeiras, Ricardo Oeiras, José Guerreiro, Pedro Plácido, Luís Paulo, e Amândio Norberto por el excelente trato y mejor organización) que congregaron a casi 120 participantes en la VI edición de uno de los eventos más emblemáticos del Btt portugués.






En Mina de São Domingos, localizada en el concejo de Mértola, que pertenece a la faja pirítica ibérica y se destaca por el paisaje resultante de la actividad minera realizada entre 1854 y 1966, nos reunimos frente al Café Restaurante "S. Domingos", donde desayunamos café y bizcochos, desembalamos las bicis y después del briefing partimos para seguir la antigua línea férrea, hoy desmantelada, con una longitud de 18 km, que la unía con Pomarão.

Pasamos junto a las ruinas de Achada do Gamo y por las poblaciones de Santana de Cambas, Bens y Salguerios, donde dejamos la plataforma de la vía y tomamos la carretera para Picoitos. Desde allí iniciamos una bajada que nos llevó hasta las casas de Formoa, donde disfrutamos de la espectacular llegada al Guadiana, antes de agruparnos en el embarcadero de Pomarão para embarcar en un par de botes para cruzar a la orilla Sur.

Allí puede contemplarse un antiguo palomar, hoy restaurado, recuerdo de la presencia de la compañía que explotaba la Mina de S. Domingos, a través de un panel de azulejos con las imágenes de los fundadores y que era utilizado para enviar correos a través de palomas mensajeras.

Desde este pequeño puerto hay un camino para ascender hasta Mesquita y poco después vendrá la bajada más difícil del recorrido, con un tramo muy técnico por un estrecho sendero de cabras, hasta la Ribera de Vascão, frontera natural entre el Alentejo y el Algarve. Después de cruzar sus templadas (¡) aguas afrontamos la subida a Monte Vascão y fue entonces cuando la lluvia comienza a arreciar, descargando potente en el avituallamiento de Cortes Pereiras. Recorremos un terreno de constantes subes y bajadas pasando por los montes de Corte Tabelião, Corte da Seda, Torneiro, a partir de donde sufrimos los chubascos más fuertes.

Cuando paramos en Montinho das Laranjeiras unos suaves rayos de sol nos reconfortan, luego vendrá la exigente subida a Corte das Donas, donde tenemos otro avituallamiento. Seguimos hacia el S y atravesamos a pie la Ribera de Foupana que baja muy crecida. Un baño a las bicis y aceite a las cadenas para continuar hacia Pernadas, Odeleite, y luego una subida dura a Fonte do Penedo, para seguir con la bajada rápida hasta Almada de Ouro, llegar a Azinhal, donde recibimos otro abastecimiento para recuperar las mermadas fuerzas, y seguir camino de Junqueira, Monte S. Francisco y serpentear por un sendero que proporcionar excelentes vistas del estuario del Guadiana antes de llegar a Castro Marim.

En definitiva un trazado variado, con una primera parte más plana pero que a partir de cruzar el Guadiana es una sucesión de subidas y bajadas, marcada por la travesía de los cursos de agua, riberas y barrancos, que siguiendo la dirección de Oeste a Este vierten sus aguas al Baixo Guadiana.

Grandes contrastes entre las tierras del Baixo Alentejo, marcadas por el recuerdo de la explotación minera y con un bajo desarrollo que ha mantenido su encanto y sencillez, y la macro urbanización Costa Esuri, muestra de un urbanismo que atenta contra la belleza, pesadilla de hormigón y ladrillo que ha destruido el paisaje de la orilla ayamontina del Guadiana.
Algunos sonidos para el recuerdo: la lluvia sobre mi cuerpo, el chapoteo de las ruedas en el barro y mi respiración forzada en las subidas.
El pulsometro marcó 141 de media y 182 de máxima, para un tiempo total de 9 horas y 30 minutos. Más de 6 h. 30 min. de pedaleo para recorrer casi 90 km .
Manguerazo a las bicis y ducha de agua caliente en el Pavilhão Municipal antes de dirigirnos a Quinta do Sobral donde disfrutamos de una cena apoteósica.
Gracias a a los organizadores, por su empeño en llevar a cabo este paseo a pesar de las inclemencias meteorológicas, y a los participantes, por crear un buen ambiente a pesar de las condiciones adversas.
Cuando iniciamos el camino de regreso a casa eran cerca de las once de la noche, tras una inolvidable jornada que esperamos tener la suerte de repetir el año que viene con más Trípodes-Algarvios de invitados.


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