La sexta ruta de nuestra estancia en Grazalema incluyó largos tramos fuera del asfalto, ya que me atreví a abandonar las carreteras y adentrarme por algunos caminos.
A primeras horas del día eran muy visibles en el horizonte los efectos del fuego de Sierra Bermeja |
Subí el puerto de Los Alamillos y desde allí tomé dirección SE por un camino por el que pronto tuve dificultades, de orientación primero y con muchos perros ladrándome, pero sobre todo uno grande y mal encarado, que guardaban un aprisco de cabras y no me dejaron continuar la ruta.
En Villaluenga desayuné una buena tostada con un mal café con leche y salí del pueblo por la zona donde se ubican la piscina y el polideportivo en busca del sendero denominado Los Llanos del Republicano.
El sendero asciende por una pista de cemento hasta llegar al Puerto de la Mesa o de Las Viñas, con algunas pendientes de elevados porcentajes, hasta del 20%.
Luego se inicia una bajada por un bosque de encinas hasta que desaparecen dando paso a una enorme planicie. Allí encuentro un panel informativo que no me ayuda en nada en cuanto a la orientación. Me valgo del gps y del móvil y después de algunas dudas sigo el curso seco del Arroyo de Los Álamos. Camino n rato por su pedregoso lecho buscando el Norte hasta encontrar un camino que me lleva a un cortijo, desde allí el camino ya me parece más claro. Aunque no tardaría mucho en convertirse en un sendero.
Los Llanos del Republicano |
Como llevaba un día liado con la orientación opté por volver hacia atrás y buscar un camino más claro. Entonces es cuando de produce el encuentro con Isa, Javier y su perrita Roma. Ellos se dirigen hacia Los Alamillos y me permiten acompañarlos. Viven cerca de Ronda y están explorando el terreno de cara a una futura ruta con unos turistas americanos, Javier es guía turístico.
ISA, JAVIER & ROMA |
ISA y ROMA |
JAVIER |
En su amigable compañía fui haciendo kilómetros hasta llegar a un punto en el que conectamos con la ruta que yo había recorrido por la mañana y me despedí de ellos agradeciéndole su buen trato y el agua fresca que me proporcionaron. Javier la llevaba en gran cantidad, en los múltiples recipientes que cargaba en su Surly, un "tractor" como el la denominó. Me quedaba llegar a Los Alamillos, lo hice por diferente camino que a la ida y aunque tuve que desmontar para salvar algún arroyo seco, no fue difícil y llegué a buena hora a Grazalema.
LA RUTA EN STRAVA
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