07 diciembre 2009

Mina de São Domingos - Achada do Gamo















La Mina de São Domingos, fue uno de los yacimientos de cobre más importantes de Portugal y de la que, hasta su cierre en 1966, se llegaron a extraer cerca de 25 millones de toneladas de mineral en el último siglo de producción. Su historia se remonta a tiempo anteriores al Imperio Romano, época en la que se intensificaron los trabajos de extracción de cobre, oro y plata.
Redescubierta en 1854 por Nicolau Biava, la empresa propietaria de la mina, La Sabina, concedió los derechos de explotación a la empresa Mason and Barry en 1857, que fue construyendo un poblado, para todos los que trabajaban en la mina, con dos zonas muy diferentes que mostraban claramente la división de poder, la zona de los ingleses, con casas espaciosas, jardines y espacios de convivencia, que contrastaba con la zona de los operarios, de casas alineadas y de reducido tamaño (16 m2) que era compartido por familias numerosas.
A unos 3 km de la mina se encuentran las ruinas de la fábrica de tratamiento metalúrgico de Achada do Gamo, que funcionó durante más de un siglo (1863-1965) y que también contó con una fundición que producía azufre y ácido sulfúrico desde finales de los años 30 hasta la década de los 50.
En los últimos años se han realizado algunos trabajos de adecuación y señalización en la antigua corta a cielo abierto y en sus alrededores para su valorización turística, pero la mayor parte de este rico patrimonio de arqueología industrial está abandonado.
Desde la Mina de S. Domingos partía un ferrocarril hasta Pomarão, puerto fluvial en el Guadiana, donde se cargaban los barcos de mineral. Actualmente puede hacerse ese trayecto a pie o en bicicleta y una parte lo hicimos un domingo por la mañana. El paisaje es impresionante; debido a los xistos argilosos y a las rocas fuertemente coloreadas la tierra puede ser roja, ocre o cobriza, amarilla o blanca. Caminamos por un escenario que puede resultarnos extraño y avasallador. Hay vestigios de edificios, de puentes, de líneas férreas, de embalses, ahora todos en ruina, que conforma un paisaje que atrapa la vista de quien lo mira y en el que nos sentimos empequeñecidos y casi abrumados de pensar en la magnitud de lo que allí ocurría en la época de mayor actividadad. Otro elemento significativo son los embalses y lagunas de "aguas ácidas". En el siglo XIX el desembalse de las aguas de la mina al Guadiana se convirtió en el principal problema de contaminación de sus aguas, perjudicando gravemente a los pescadores de Mértola.

1 comentario:

MALATAO dijo...

Estuve allí el pasado fin de semana. Espectacular el sitio. Primo hermano de nuestros lugares de la cuenca minera de Riotinto y Tharsis.