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La pandilla de los ocho antes de dejar Silves
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En
el primer sector, cerca de la ribeira do Enxerim, tuve el único contratiempo de toda la ruta, una pequeña caída, al precipitarme desde
un estrecho de sendero sobre unas jaras. Supongo que al ser la primera
vez que hacía cicloturismo de montaña con la Cannondale con la bolsa de manillar que hacía la dirección más nerviosa e inestable, lo que unido
a mi impericia, hizo que el porrazo fuera inevitable. Todo quedó en el susto y en rasguños en la pierna derecha y también en un buen rato pensando como bajar el peso, tanto en gramos como en altura,
para tener una bicicleta más manejable.
Pero a mi no sería el único a quien la etapa traería problemas. Pocos después le tocó a Fran Cortés arreglar la rueda trasera, ya que tuvo un reventón en la primera bajada que hizo a "saco".
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| José Augusto |
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| Fran Cortés |
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| Barragem do Funcho |
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En este tramo de la VA se pasa por encima de la presa de Funcho
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Reagrupamiento
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Barragem do Funcho
Antonio rodando pegado al Barragem do Funcho.
Cuando
no habíamos acabado el tramo favorable de Funcho, Julen tuvo un problema en la rueda
trasera de su Orbea, ya que inesperadamente y sin causa aparente se desinfló con rapidez, pero el problema no quedo en eso, si no en la imposibilidad de desenroscar la arandela que aprisionaba la
válvula tubeless a la llanta, sin un alicate. Pero para sosiego de Julen, allí estábamos
Javier y yo para solventarlo con imaginación y maña. Todos estos
contratiempos nos hicieron pasar por São Bartolomeu de Messines a la
hora de comer y allí paramos en un bar para el primer avituallamiento
del día.
Después de esa localidad el recorrido de la VA parece que jugara al despiste, yendo de un lado a otro sin aparente sentido. Al acabar un largo tramo de piedra rojiza la rueda trasera de la bici de Fran necesitó de una nueva reparación ¡pinchazo, cambio de cámara!
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Javier en el tramo de piedra rojiza después de S. B. de Messines
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José Augusto
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Antonio, acabando el tramo descendente de dura y rojiza piedra
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Revisión de la Orbea Oiz de Julen
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Pomar de laranjeiras, donde disfrutamos del intenso olor del azahar
pomar
de laranjeiras, onde o cheiro a flor de laranjeira não o deixará
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Alberto B
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Antigua pila lavadero
Todavía nos quedaba un buen trecho hasta Alte y el grupo ya andaba algo disgregado, a Fran las subidas le castigaban sus desentrenada piernas. Cuando llegamos a la localidad paramos cerca de la Igreja Matriz para merendar algo y para reagruparnos. Cuando nos juntamos y en vista de su mal estado físico (tuvo calambres en una pierna) Fran decide acabar la etapa por carretera y yo lo acompañaría en su recorrido. El resto del grupo continuó por el trazado de la VA. El recorrido por la N124 entre Salir y Alte es de relieve suave y, a partir de Benafim, donde paramos un momento para tomar un refresco y un café, es bastante favorable, por lo que llegamos al alojamiento previsto antes que el quinteto que continuaba por el campo. En Casa d'Mãe fuimos recibidos por un par de cães ladradores y la señora que la regenta, que mientras tomaba nota de nombres e identificación nos obsequió con un par de Mini Sagres. Nuestro s amigos no tardaron mucho en llegar y entonces apareció el señor de la casa, un simpático anciano de ochenta y siete años, que trajo un cubo con más cervezas para los reciénien llegados. Distribuido el grupo por las diferentes estancias del complejo y después del aseo y descanso, al anochecer caminamos un rato hasta Salir para cenar en el restaurante "Papagayo Dourado".
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SALIR, desde Casa d'Mãe
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| Atardecer en Casa d'Mãe (Salir) con Mini Sagres y reparación de cámara |
omar
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1 comentario:
Día en el que se concentraron todos los incidentes: caída (sin consecuencias), el reventón de Fran y su posterior pinchazo y también mi "siete" en la cubierta (lo he visto al volver a casa). Menos mal que para algo estáis los "manitas" ;-)
Por cierto, que en el Barragem do Funcho alguien hizo saltar la alarma... jeje
Abrazos.
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